La Nueva España

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Un cuento muy especial

Todos los personajes de los relatos de LA NUEVA ESPAÑA, este viernes, en el Palacio de Ferrera

Dulce Victoria Pérez Rumoroso, con los alumnos del colegio Enrique Alonso, durante una jornada de lectura de los cuentos publicados en LA NUEVA ESPAÑA de Avilés.

Queridos amigos y amigas, tengo algo muy importante que contaros. Este viernes ¡la Mansión de los Cuentos abre sus puertas! Y os espera a todos vosotros a las siete de la tarde en el Hotel NH Palacio de Avilés.

¡No os vais a creer cómo me enteré! No sé ni por dónde empezar... Bueno sí, por el principio...

Esta noche no podía dormir y no paré de dar vueltas en la cama. Pensé que sería por el calor que hacía, pero había algo más que desconocía hasta ese momento. Algo me impedía conciliar el sueño y no entendía por qué.

De pronto, escuché un ruido en la cocina, no le di mayor importancia: sería cualquier cosa. Pero el ruido se repitió. ¿Qué podía ser? El gato dormía junto a mí, ya sabéis, ocupando la totalidad de la cama y dejándome un mínimo rincón en el que hacer equilibrio para no caer. De nuevo, otra vez ese ruido, era como si alguien picase a la ventana. Desde la cama seguía preguntándome de dónde procedería el ruido... Ratonchi no podía ser, ya que nuestro querido ratoncito no hace apenas ruido, es muy cauteloso. Y mientras pensaba en Ratonchi, de nuevo volvió a sonar el ruido... Como no tenía ni pizca de sueño, me propuse ir a investigar. Me puse las zapatillas y la bata y acudí al lugar del que procedía el ruido: la cocina.

Salí de mi habitación a oscuras y, cuando llegué al pasillo, vi cómo una luz lo alumbraba todo. Esa luz provenía de la cocina al igual que los ruidos. Me puse nerviosa pues no sabía lo que me esperaría, pero lo cierto es que mi insomnio y mis ganas de vivir una aventura pudieron conmigo, así que sin pensármelo dos veces, me dirigí con paso firme a la cocina.

Al entrar, una luz me cegaba. Me tapé la cara con las manos y caminé mirando al suelo. Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, comencé a escuchar un leve tintineo y fui destapando mi rostro. Abrí bien los ojos y observé cómo la cocina estaba llena de pompas de jabón y chispas multicolores que ondeaban en el aire y bailaban, haciendo bonitas coreografías. El tintineo cada vez se escuchaba con mayor intensidad y pasó a formar parte de una dulce melodía. Me quedé pensativa... Ya había escuchado ese agradable sonido antes, y había visto esas elegantes pompas de jabón, así que con una sonrisa bien grande me asomé a la ventana y efectivamente ¡ahí estaba, flotando en el cielo! Nada más y nada menos que ¡la impresionante Mansión de los Cuentos! El lugar más mágico y maravilloso que he visto en mi vida. Y... ¿cómo no? No podía faltar ella. En una de las ventanas de La Mansión estaba la flamante Brujita Peladilla, la bruja más dulce, buena y elegante que existe.

Peladilla, sonriente y agradable, me miraba desde la Mansión que flotaba en el cielo y con su brazo me saludaba. Yo le devolví el saludo y, de pronto, todas las ventanas se iluminaron y se abrieron al mismo tiempo y en ellas aparecieron nuestros amigos: el profesor Moustache, el tenedor Chinchín, Domisol, el violín desafinado y el paragüero Pat, tan querido por todos. Los personajes saludaban sonrientes y nuevamente una pequeña ventanita se iluminó en la Mansión. ¿Adivináis quién estaba en ella, verdad? Pues sí, ¡el travieso de Ratonchi!, que asomaba su hociquito. Todos los personajes estaban sumamente elegantes, a ninguno le faltaba la pajarita.

De pronto, las puertas de la Mansión se abrieron de par en par y una elegante alfombra roja apareció y comenzó a desplegarse lentamente mientras ondeaba en el cielo oscuro. Miré a mi alrededor y vi cómo todas las mascotas de la ciudad estaban asomadas en las ventanas de sus casas mirando hacia el cielo, sin perder de vista la Mansión, y no solo ellas, ¡también los niños! Había muchos niños despiertos, pese a que era bien entrada la noche, y todos miraban a la impresionante Mansión de los Cuentos.

Me intrigaba mucho saber a quién esperaba tan ilusionada la Bruja Peladilla en su Mansión junto a sus intrépidos amigos. ¿Para quién habían desplegado la alfombra roja?

De pronto, un cartel luminoso apareció sobre la Mansión, sus letras estaban representadas por radiantes luciérnagas que me permitieron leer lo que allí ponía... Se trataba de una invitación, y era ¡para todos vosotros! Y es que La Mansión de los Cuentos abre sus puertas a todos el próximo viernes día 16 de junio a las siete de la tarde en el Hotel NH Palacio de Avilés, para que vosotros podáis acceder a este mágico lugar en el que todos los sueños se pueden hacer realidad.

Este viernes, me gustaría estar acompañada de todos vosotros, que os habéis embarcado conmigo en esta Mansión en la que reinan los buenos deseos y sentimientos. Os doy las gracias a todos porque vuestro cariño es el motor gracias al cual esta Mansión cada día flota más alto y por supuesto a este periódico por permitirlo.

¡Nos vemos el viernes, os espero a todos!

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