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Concejo De Bildeo | Crónicas Del Municipio Imposible

Las obras públicas en el pueblo

La concejalía encargada de las reformas urbanísticas y la fundación del partido gobernante en el concejo

De nuestro corresponsal, Falcatrúas.

El funcionamiento de la concejalía de Obras del Estrambótico y Empecinado Ayuntamiento de Bildeo es un misterio para los vecinos, que la han rebautizado como la tribu de "Los Saltapraos". Afortunadamente, el sentido del humor hace la vida más llevadera a los bildeanos, de lo contrario, andaríamos a fesoriazos como antaño, como dice Pepe Torazo, muy sangrín él, "hay que volver a las tradiciones", de ahí la fundación del partido político gobernante en el concejo, el TRAYPACÁ (Tribuna para la Recuperación de los Ancestros Y el PAtrimonio Cultural Asturiano).

Esta banda política fue fundado a imagen y semejanza de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, que viven de exprimir al Gobierno central con la táctica de la tacita: nunca están contentos con lo que tienen, ni aprecian lo que reciben, todo el mundo está en deuda con ellos, consiguen mantener cabreado al país entero y con esa actitud consiguen, tacita a tacita, arramblar con todo. Los del TRAYPACÁ hacen igual, aburren al Gobierno regional, pero esa vaca no da leche, no hay un duro, así que se limitan a armar follón de vez en cuando, nada, postureo. Este Consistorio será muy asturiano y olerá a cucho, pero no da una a derechas, lo llevan en los genes: "a la derecha, ni agua".

Veamos: la Concejalía de Obras cuenta con una brigada de tres vecinos dedicada exclusivamente a la repoblación forestal, atendiendo al requerimiento del Gobiernín de Oviedo de "poner en valor" el terreno improductivo, que es como decir todo el concejo; estos tres operarios han estado años y años plantando árboles autóctonos procedentes de diferentes viveros de la región, y alóctonos, que vienen envasados en unos cartuchos adornados con dragones y signos chinos, tienen pinta de Pinus Corrientis Molientis, todavía no prendió ni uno.

Antes de comenzar a trabajar, los tres saltapraos asistieron en la Universidad de Cancienes a un curso intensivo de cuarenta y cinco minutos para aprender a plantar árboles, las raíces para abajo, las hojas para arriba y a trabajar en equipo; la citada universidad, viendo el negocio del asunto forestal, alargó la teórica, aumentó la variedad de árboles, transformó el cursillo en un máster que cuesta la de Dios y ahora nadie está autorizado a plantar un geranio en casa sin tener el título que lo acredite para ello.

Esta brigada se dividió en tres departamentos: primero, el de Perforing & Furaking; segundo, Planting & Coloking; tercero, Aconditioning & Manguering; lo cual, traducido al Castellano normal, quiere decir que uno hacía el agujero, otro introducía el plantón en el hueco y el tercero rellenaba con tierra, compactaba y regaba. Hace una temporada, el artista número dos, el que introducía el árbol en el hoyo, se dio de baja por un problema ciscal, padecía aerofagia y el ambiente entre los tres miembros de la brigada se hizo irrespirable. Los otros dos, siguieron con lo suyo; el primero cavando hoyos y el tercero rellenándolos, aunque faltaba el segundo para introducir un arbolín en cada agujero.

Al cabo de unos meses, las laderas de un par de montes en los que estuvieron trabajando, lucían unos agujeros rellenos de tierra removida, como picadas por la viruela, pero no se apreciaba ni un brote verde. El Ayuntamiento nombró una comisión para que estudiara el caso, por si convenía echar la culpa al Gobierno de Oviedo o al de Madrid y descubrieron que los tres trabajadores pertenecían a tres sindicatos de clase diferentes; a los reproches de los comisionados sobre su falta de profesionalidad, dejando los árboles sin plantar por la falta de un compañero, los dos operarios en activo argumentaron que los obreros no estaban para pensar, que deberían ser los concejales y el Alcalde los que modificaran la descripción de los puestos de trabajo; si tenían que ser polivalentes y hacer todos de todo. Entonces, la valoración y el sueldo correspondientes deberían ser incrementados en una proporción a negociar.

Reuniéronse entonces a diseñar un trabajo polivalente que englobase las tres operaciones necesarias para hace un furaco y espetar un arbolín en él, fácil a primera vista, pero uno de los trabajadores, muy politizado, añadió una condición, la de que el Ayuntamiento suscribiera un manifiesto por la liberación de unas tribus de Sudán del Sur, que habían quedado en terrenos del Sudán de toda la vida; el segundo exigió la firma de otro manifiesto municipal en apoyo de los heladeros de la antigua Yugoslavia; el tercer trabajador, que estaba de baja, excusó su presencia en las negociaciones porque se encontraba ayudando a un primo suyo, maderista.

Hablan de traer a los que vienen en pateras para lo de la repoblación, la forestal, y la otra también, las dos necesitan un empujón.

Seguiremos informando.

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