El exdirector del Centro Niemeyer, Natalio Grueso, sostiene que su exmujer viajó a cargo de la Fundación del Niemeyer como "colaboradora". "Los gastos asociados a J. P. se han producido en el marco de una colaboración en el desarrollo de las actividades y programas de la Fundación del Centro Niemeyer. La condición de esposa en aquellos años de Natalio Grueso no la invalida como posible colaboradora, y de cuyos gastos de alojamiento, manutención o desplazamiento pueda hacerse cargo la Fundación", defiende el letrado de Grueso, Pelayo Mijares en el escrito de defensa de su representado por el "Caso Niemeyer".

El abogado defensor pide la absolución de Grueso, para el que la Fiscalía solicita una pena de once años de prisión por presuntas irregularidades en su gestión al frente del proyecto cultural avilesino. Mijares intenta desmontar en su escrito todas y cada una de los hechos delictivos que las acusaciones atribuyen a su cliente y se apoya en un informe pericial encargado a tal efecto elaborado por un economista especializado en fundaciones.

Grueso insiste en que "las cuentas anuales de la Fundación" fueron "aprobadas por el patronato en todos los ejercicios, sin ningún voto en contra ni limitación o reparo", asegura que llegó a anticipar "el pago de determinados gastos" de la entidad "ante la escasa liquidez de la misma" y que "nunca cobró dietas", pese a que tenía derecho a ellas.

El exdirector del Niemeyer incide en su escrito de defensa en que nunca intervino en la contabilidad de la entidad, puesto que el servicio estaba externalizado, y en que los facturas por servicios de viajes realizados por su entonces mujer o por personas que no tienen relación laboral con la Fundación Niemeyer "se incardinan dentro de la figura del voluntario o colaborador que acostumbra a participar en las actividades de las entidades sin fines lucrativos".

Sobre los problemas y diferencias de contabilidad tanto por parte de la Fundación Niemeyer como por parte de su proveedor Viajes El Corte Inglés, argumenta que "son una constante en la historia de las relaciones contractuales mantenidas entre dichas entidades, pero en ningún caso acreditan la comisión de ilícito penal alguno".

El letrado Pelayo Mijares subraya que "ni Natalio Grueso ni J. M. V." (el agente de viajes también imputado, para el que la Fiscalía pide ocho años de prisión) "urdieron trama alguna para alterar la contabilidad" porque ésta no formaba parte de las funciones del director del Niemeyer y J. M. V. "era un simple empleado sin ninguna facultad respecto a cobros y pagos".

Mijares incide en que "Natalio Grueso ha sido objeto de un constante acoso político, judicial y mediático, que acabó con su relación laboral en el Ayuntamiento de Madrid, donde era director del Teatro Español". "Esta injusta situación le ha supuesto unos daños y perjuicios irreparables tanto personales, como profesionales, económicos y patrimoniales, destrozando su prestigio profesional y su reputación, cuando estaba considerado como uno de los mejores gestores culturales del mundo".

La Fiscalía pide penas que suman veinticinco años y tres meses de cárcel para los cinco acusados del "Caso Niemeyer", la investigación judicial abierta en diciembre de 2012 a instancias del Principado por presuntas irregularidades en la gestión del centro cultural cuando estaba bajo la dirección de Natalio Grueso.

El exdirector del Centro Niemeyer, Natalio Grueso, afronta la mayor pena: 11 años de cárcel y la inhabilitación para cualquier contrato con las administraciones públicas o entidades del sector público durante una década.

El resto de investigados se enfrentan a penas de entre ocho y 1,2 años de cárcel. El Ministerio Fiscal atribuye al agente de viajes J. M. V. R. un presunto delito de estafa y otro de malversación (en este caso no como autor, sino como cooperador), por los que pide para él ocho años de cárcel; a José Luis Rebollo, exsecretario de la Fundación del Niemeyer, lo ve cooperador necesario en un presunto delito societario (el que castiga abusos de poder por administradores en perjuicio de una sociedad) y solicita dos años y tres meses de cárcel; a J. P., exmujer de Natalio Grueso, la considera cómplice de un presunto delito continuado de malversación, con una pena de dos años y medio de prisión, y a Marc Martí, exjefe de producción del Centro Niemeyer, cómplice de un presunto delito de malversación, por el que solicita año y medio de cárcel.