Denise Despeyroux es una dramaturga de largo recorrido: anoche despidió en el club del Niemeyer la programación teatral de primavera con la representación de la comedia "El más querido" y, unas horas antes, por la mañana, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció que ella iba a estrenar en otoño "Un tercer lugar", en la sala pequeña del teatro Español de Madrid, una de las catedrales del arte dramático nacional. Un reconocimiento inusitado para una directora que hasta ahora había sido nombre fijo de la escena alternativa nacional, una división en la que hace tiempo se abrió hueco a base de trabajo y de talento.

Las dos cosas, precisamente, se vieron combinadas en la función de la comedia que despide un ciclo trimestral lleno de aplausos y que abre las puertas a un verano reducido a tres montajes, el primero, una nueva "Fuente Ovejuna", esta vez, a cargo de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Despeyroux tiene una relación íntima con el club del Niemeyer. Y es que hace tres años una de sus obras sirvió para inaugurarla (hasta entonces había servido como sala de conciertos y poco más). La primera de sus obras que se vio en Avilés fue "La realidad". La segunda: "Por un infierno con fronteras". Se da la circunstancia de que esta última y la que se vio anoche cuentan con un reparto semejante: repitieron anoche las dos actrices, esto es, Sara Torres y Carmela Lloret. El tercero fue Joan Carles Suau, que es otro actor que ya conoce el Niemeyer.

Despeyroux regresa hoy a Madrid a trabajar con detenimiento en la producción de la obra que acogerá el Español entre los días 16 de noviembre y 17 de diciembre, una historia de amores de todas las clases, una colección de neuróticos con ganas de vivir en compañía de otros.

Los aplausos que recogió anoche en el Niemeyer la directora y dramaturga uruguaya vaticinan un próximo espectáculo de campanillas. Sería su cuarto salto mortal.