Gonzalo Doval es el responsable de las colecciones de arte de la Fundación ICO. La cúpula del Niemeyer acoge desde ayer y durante todo el verano un conjunto de obras escultóricas y de dibujos que recorre el siglo XX completamente. Doval atiende a LA NUEVA ESPAÑA en la misma sala que diseñó Niemeyer, horas antes de la apertura.

- ¿Por qué el ICO decidió meterse a coleccionista?

-La Fundación ICO se crea para gestionar sus colecciones. Miguel Muñiz de las Cuevas, que fue presidente del Instituto, decidió crear la colección porque iba a tener mayor retorno cultural permanente para la institución financiera, como era el ICO. Además, el Gobierno español de entonces, de Felipe González, había pedido a todas las empresas públicas que enriquecieran el patrimonio contemporáneo, una de las asignaturas pendientes de entonces. Las colecciones ICO siguen siendo públicas y las de las empresas que se privatizaron han pasado a manos privadas.

- La que se ve en el Niemeyer combina escultura y dibujo. ¿Siempre fue así?

-La combinación del dibujo y la escultura es algo basado en la historia del arte. Donde se plasma la primera idea siempre es un boceto. En este caso, los dibujos no son bocetos, pero se mantuvieron como guiño a aquella tradición.

- Esta colección tiene 85 obras.

-Esas son las que se han traído, pero hay algunas más. Unas están en préstamo y otras se quedaron en el almacén porque así lo decidió la comisaria, por no descompensar. La colección no está equilibrada: hay autores más representados que otros. Por eso, no está completa. Entre una cosa y otra, se habrán quedado unas diez. La colección cuenta con un centenar.

- ¿Va a crecer?

-El ICO quiso retomar la política de adquisición de arte hace unos diez años, pero llegó la crisis de 2008. El ICO entonces tenía otras prioridades: financiar pymes y estimular la economía. La crisis es tan larga que aún no se ha retomado la política de incrementar las obras. Espero que se haga en el futuro.

- ¿Cómo ha sido su colaboración con el Niemeyer?

-Estaríamos encantados de traer nuestra colección de grabados de Picasso a Avilés. Y vamos a poner todas las facilidades.