Las vecinos de La Grandiella denuncian que conviven con arañas y roedores como consecuencia de la falta de limpieza y mantenimiento en las parcelas que rodean la urbanización y urgen al Ayuntamiento a tomar cartas en el asunto. Los residentes se sienten "abandonados" y comparten en las redes sociales vídeos y fotografías de las parcelas en cuestión para sacar los colores a los representantes municipales.

"Vivimos en una urbanización residencial por la que tenemos que pagar casi 500 euros de IBI y mucho más impuestos que en otro barrio", denuncia Alba González, vecina de la zona, indignada por el abandono del área residencia. Los afectados aseguran tener que lidiar "con plagas de arañas o de roedores". "Te los puedes encontrar por delante de los portales o igual los tienes que esquivar muertos en medio de las aceras", apunta González.

La lista de quejas es extensa: falta un tramo de la barandilla que salva la caída al río Magdalena, que un coche se llevó por delante hace ya tres meses, y también una farola situada ante el almacén del supermercado del barrio; los juegos de los mayores y los ejercicios instalados a lo largo de la senda están comidos por la maleza, como las parcelas que rodean la urbanización. "Todas esas parcelas colindan con edificios de viviendas, con el supermercado, con colegios, con un bar y con un parque infantil. Está muy bin hacer y hacer, pero también hay que mantener", protestan los residentes en La Grandiella. Este es un barrio relativamente joven gracias a la reciente urbanización de la zona, próxima al cogollo de La Magdalena, donde la población siempre trabajadora ha ido envejeciendo. Con unas 375 viviendas nuevas y otras tantas pendientes, casi todas con algún tipo de protección, este núcleo que casi acaricia el "Tocote" o San José Artesano se ha convertido en zona de desarrollo de Avilés.