Gerardo Casares Paniagua, el fundador de la histórica empresa Conservas Casares, falleció a los 96 años este pasado jueves en Avilés. Esta mañana, a partir de las 11.30 horas, será despedido en un funeral que se celebrará en la iglesia nueva de Sabugo.

Los dos hermanos Casares crearon la empresa en 1945. Emiliano, finalmente, se trasladó a La Arena y se estableció por su cuenta. La fábrica de Avilés, desde entonces, quedó en manos del empresario ahora fallecido.

Las primeras instalaciones de la compañía estuvieron desde su fundación en la calle de Marcos del Torniello. Allí se mantuvo, según recuerda el doctor Gerardo Casares, su hijo, "hasta 1969". Entonces el negocio lo mudó a la avenida de Lugo, donde estuvo hasta 1993, "cuando traspasó el negocio a la cofradía de pescadores", apunta Manuel Ramón Rodríguez, investigador del sector conservero.

La importancia de la empresa es que fue la que más resistió a los embates de las distintas crisis. Hasta tal punto que, cuando finalmente cerró, llevaba años siendo la única conservera de Avilés. La empresa dio trabajo a medio centenar de mujeres "en las épocas de bonito, en verano", señala Gerardo Casares, hijo. "Los productos que más vendía eran anchoas en aceite y ventresca", confirma Rodríguez.

Gerardo Casares Paniagua y su esposa, Lucina García, se habían casado hacía 72 años, un año antes de que el doctor Casares naciera. Este fue el jefe de Cardiología del San Agustín y uno de los "fundadores" del hospital avilesino. "Mi padre nació en Paredes de Nava, en 1921. Era de Tierra de Campos, en mitad de Palencia. Vino a Avilés muy pronto, con unos pocos meses, pero mantuvo su carácter castellano incluso ahora, cuando llegó la enfermedad", relató el conocido médico. "Era asceta, frío, muy trabajador". Fue también uno de los fundadores de la pescadería Casapesca. "Trabajó allí hasta la segunda mitad de la década de los noventa", apostilla el cardiólogo. Lucina García y el propio Casares tuvieron tres hijos. Junto al doctor Casares, el también médico Juan Jonás, concejal en el Ayuntamiento de Castrillón, y Chelo Casares, abogada.