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La mujer tiene una presencia testimonial en los ciclos de FP con más salida laboral

La industria, el sector con mejor evolución del empleo durante el último año, acentúa su masculinización mientras el paro femenino apenas remite

Soldadoras que participaron en un pasado curso que organizó Femetal. MIKI LÓPEZ

La escasa, casi nula, preferencia de las mujeres por formarse para desempeñar algunos de los oficios que tienen más salida laboral en la comarca -la mayoría ligados al sector industrial y al metal- lastra la recuperación del paro femenino, que durante el último año tuvo un comportamiento mucho peor que el masculino; de hecho, por cada mujer que demandaba empleo en junio de 2017 y lo encontró hay 2,5 hombres en el mismo caso, casi el triple. De ese modo, el paro masculino registró una mejoría interanual del 19,23 por ciento y el femenino, del 6,7 por ciento, tres puntos peor que la media asturiana.

Que en épocas de recuperación el paro masculino evoluciona mejor que el femenino es una tendencia estructural, pero no deja de llamar la atención la forma tan acusada en que esto ocurre en Avilés. Una posible explicación tiene que ver con el perfil del tejido empresarial de la comarca, con una dominancia de la industria muy superior al de otros territorios. Y así, el sector de la industria y el metal redujeron la cifra de parados el último año en un 18 por ciento; la construcción -otro sector muy masculinizado- lo hizo en un 16,3 por ciento; y el sector servicios, con mayoría de mujeres apuntadas al paro, redujo la lista de demandantes de empleo en un 9,9 por ciento.

"Los datos son elocuentes: las mujeres, por los motivos que sea, descartan formarse para oficios que tienen altos índices de inserción laboral. Tanto es así que desde las administraciones es habitual poner en marcha programas para cerrar esa brecha; uno de los últimos se hizo en colaboración con el parque empresarial de la ría con el objetivo de orientar a las estudiantes -y también a los varones- de 4ª de la ESO a los estudios de corte tecnológico porque las proyecciones de futuro indican que debido a la caída demográfica va a haber problemas para cubrir la demanda", explica José Luis Vega, jefe del servicio de Promoción Económica de Avilés, quien extiende el problema de falta de mano de obra a largo plazo al sector del metal y la industria.

El principal centro formador de metalúrgicos y de especialistas para la industria y la construcción de la comarca, el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Avilés (antiguo instituto Suanzes), constata en su lista de preinscritos para su próximo curso la nula predisposición de las mujeres para esos sectores: en el módulo de Instalaciones Eléctricas hay 21 inscritos y ninguna es mujer, ocurre lo mismo en el módulo de Mecanizado (forma torneros), que ha recibido 19 preinscripciones; de 25 matriculados en el módulo de Mantenimiento de Redes Eléctricas, sólo una es mujer y en Soldadura hay una chica sobre un total de 61 inscritos; en Mecatrónica (antiguo Mantenimiento de Equipos Industriales) y Electromecánica la matrícula femenina apenas supera el 10 por ciento y así en casi todos los módulos de corte industrial y metalúrgico.

Gerardo García-Rovés Ríos, el director del CIFP Avilés, confirma que las mujeres apenas están representadas en los módulos que preparan para trabajos de "cuello azul", una cuestión que achaca tanto al posible desconocimiento del potencial laboral de los mismos como a un rechazo innato derivado de "cuestiones culturales". Y esto, según el director, "es una pena porque las mujeres son tan válidas para trabajar en un taller como los hombres y descartar esa salida laboral significa renunciar a una alta probabilidad de encontrar trabajo en una comarca con tanta pujanza metalúrgica e industrial como la avilesina".

Femetal, la patronal asturiana del metal, llevó a cabo hace años una campaña de divulgación de las oportunidades laborales en el sector dirigida a las mujeres, pero fue un fracaso. "Curiosamente, casi en paralelo hubo otra campaña similar enfocada a la formación de mujeres como conductoras de autobús y esa sí que tuvo bastante eco y resultados tangibles", comenta García-Rovés.

Los empresarios del metal, por su parte, destacan que en los últimos años ha habido avances de cara a la integración laboral de las mujeres en los talleres, como la habilitación de vestuarios mixtos. Uno de los consultados por este diario sobre la baja representación femenina opinó que, si bien es cierto que ciertos oficios metalúrgicos tienen una alta exigencia física, "dar la talla no es una cuestión de sexo, sino de actitud y de preparación".

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