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CARLOS GALÁN | Ganador del concurso para dirigir el Conservatorio Julián Orbón

"Si el Principado asume el Conservatorio, todos los profesores se tendrán que ir"

"Hay docentes en el centro que no quieren reconocer la autoridad municipal y se dedican a torpedear"

Carlos Galán está a punto de cumplir un año al frente del Conservatorio Municipal Julián Orbón. Llegó en comisión de servicios después de que una sentencia tumbara el nombramiento de su antecesora, Raquel García. Su designación fue también anulada posteriormente por los jueces en base a dos demandas distintas. Pero ahora, el pianista ha revalidado su cargo al imponerse de manera clara en el concurso de méritos convocado por el Ayuntamiento; un procedimiento de nuevo judicializado al haber sido recurrido por el sindicato USIPA. En esta entrevista, la primera que concede como director, desvela las claves de estos intensos meses y se muestra ilusionado con su proyecto para el centro hasta el año 2021.

- A pesar de las tensiones internas en el Conservatorio y de los reveses judiciales a su nombramiento de hace un año, decide presentarse al concurso que acaba de ganar. ¿Por qué?

-Principalmente porque hubo un grupo de profesores que se volcaron mucho este año en el trabajo y me hicieron sentir muy bien. Y, sobre todo, por los padres y los alumnos, que siempre me estuvieron apoyando cuando salieron a la luz las sentencias. A pesar de todo, vi que había maneras de hacer actividades nuevas, que funcionaron muy bien. Pensé que si esto ha sido posible con circunstancias adversas, tiene que ser una gozada poderlo hacer con un proyecto a largo plazo y estabilidad. Por eso, me lancé.

- ¿Qué Conservatorio se encontró hace un año, cuando llegó tras el cese judicial de la anterior directora?

-Había un ambiente enrarecido. Yo estudié en el Conservatorio durante mi infancia y adolescencia. El 80 por ciento del claustro me había dado clase. Me extrañó mucho ver las relaciones que había porque yo tenía el recuerdo de un lugar tranquilo, con buen ambiente. Me encontré un Conservatorio muy diferente al que dejé cuando me fui de alumno. Había una tensión enorme en el claustro. Esa tensión creo que no se refleja en el día a día de la vida académica, pero a nivel interno sí se notaban unas fricciones fuertes. Ahora bien, nunca noté nada hacia mí porque yo venía de fuera y casi todo el mundo me conocía desde niño.

- ¿Por qué decidió hace un año dejar su puesto en Madrid para regresar a Avilés, a un centro en plena ebullición?

-Por el cariño al Conservatorio, con el que estuve involucrado mucho tiempo. Siempre lo llevé por bandera por todas partes. Es un centro muy respetado a nivel nacional. Cuando llegué en septiembre del año pasado, ya dije que nunca me había planteado volver al Conservatorio de Avilés. Tenía mi vida hecha en Madrid. Llevaba 15 años fuera, en París y en Madrid. Pero entonces, se me planteó que el centro necesitaba una solución urgente y que, por el momento, mi labor sería solo por un año. Mi idea inicial era venir un año para intentar resolver la situación.

- ¿Se lo pidió la concejala de Cultura, Yolanda Alonso?

-Me llamaron del Ayuntamiento y me propusieron venir en comisión de servicios. Yo no conocía de nada a la concejala, ni mucho menos era mi amiga, como se ha dicho. Mi primer contacto con ella fue en la presentación de un disco en Madrid en 2015. Me vino a saludar y ya.

- Sobre las sentencias que anulan su nombramiento (una por falta de publicidad y otra por el procedimiento de comisión de servicios, entre otros aspectos), ¿se siente responsable o víctima?

-Ni responsable ni víctima. En primer lugar, ninguno de los juicios que había este año han sido contra mi persona sino contra el sistema seguido por el Ayuntamiento para adjudicar mi cargo. Me dijeron que viniera en comisión de servicios, una figura que muchos de mis compañeros de Madrid han utilizado. Hay comisiones por enfermedad o por necesidades del centro, como es el caso que nos toca. El centro necesitaba un director funcionario y, en ese contexto, me llaman a mí. No me siento afectado a nivel personal por los fallos, no es algo contra mí. Por eso, nunca me he personado en ningún juicio. Víctima tampoco me siento porque aquí no vine engañado. Nadie ha jugado conmigo.

- ¿Ha afectado esa situación al funcionamiento del centro?

-Desde fuera parece mucho más grave, especialmente por el ruido mediático. Pero dentro, ni los alumnos, ni los padres ni los profesores se lo toman tan a la tremenda. El centro funciona con total normalidad en el día a día. Es mucho más lo que se magnifica desde fuera, a nivel mediático.

- ¿Pero no hay tensión en el claustro, entre grupos de profesores?

-Hay algunos profesores alineados con determinadas cosas que se han publicado. Pero eso no afecta al día a día de las actividades y de las clases. Ahora bien, sí es cierto que algunos profesores han tenido que dar de sí mismos el 200 por cien durante este tiempo para sacar adelante el Conservatorio, porque otros apenas están dando el 50. Algunos no están contentos con lo que está pasando y han hecho lo mínimo.

- Algunos compañeros han llegado a pedir por carta la intervención del Principado. ¿Por qué?

-Ese tipo de cartas han existido durante todo el curso. Ha habido muchos escritos. En cada paso que he dado, ha habido un sector del claustro que ha enviado quejas a mí mismo, al Ayuntamiento y a la Consejería. Muchas veces directamente a la Consejería, algo que no se debe hacer porque el titular del centro es el Ayuntamiento. Hay personas dentro que no quieren reconocer la autoridad del Ayuntamiento. Y, por ley, el Conservatorio es un centro público de titularidad municipal. Algunos miembros del claustro han torpedeado para lograr un bloqueo administrativo.

- La anterior dirección deslizó que algunos docentes carecen de la titulación necesaria para impartir determinadas asignaturas. ¿Cierto?

-Desde mi punto de vista, eso carece de fundamento. Estamos en un Conservatorio profesional, es decir, hay una serie de asignaturas complementarias, como Coro, para las que no es necesaria una titulación específica. Tú tienes que tener una titulación específica cuando estás trabajando en un grado superior y das una asignatura que es la especialidad. Acaba de salir una circular de la Consejería al respecto y yo lo he consultado al Principado expresamente. Es decir, un profesor de Violín no puede dar la clase de Piano, pero sí puede dar Armonía, Orquesta o Lenguaje Musical, como asignaturas complementarias que son y de acuerdo a los criterios del director.

- También se dijo que podrían peligrar las titulaciones ya expedidas. ¿Es eso verdad?

-No. En primer lugar, nunca podría haber un fallo retroactivo respecto a este asunto. El decreto que valida los títulos del Conservatorio lo firma en los años noventa Mariano Rajoy como ministro de Educación y Cultura. Este asunto lo he trasladado a Inspección y la respuesta ha sido clara: "Nosotros no expedimos títulos. Ni el Principado ni el Conservatorio. Los títulos los expide el Estado". Y el convenio que valida estos títulos a nivel estatal, repito, lo firmó el actual presidente del Gobierno.

- ¿Se ha sentido lo suficientemente respaldado por el Ayuntamiento?

-El Ayuntamiento ha defendido sus competencias. A nivel personal, yo me he sentido plenamente respaldado por la Fundación Municipal de Cultura.

- Ha ganado el concurso para director con autoridad. ¿Le refuerza este resultado?

-Me siento muy tranquilo porque creo que ha sido un proceso muy transparente. No soy especialista en leyes, pero creo que ha habido mucha publicidad. Además, me tranquiliza mucho que el presidente de la comisión fuera un inspector de la Consejería. También ha habido grandes especialista en ese tribunal. Los otros tres aspirantes son músicos de muy reconocido prestigio, pero yo tenía el plus de que conozco bien el Conservatorio.

- El sindicato USIPA ha llevado ante el juez posibles irregularidades en ese proceso. ¿Le preocupa?

-No me preocupa. Aunque creo que de nuevo se intenta torpedear algo que se ha hecho correctamente. Pienso que un sindicato debe estar para proteger a los trabajadores. Todavía no sé a qué trabajador han beneficiado en todo este tiempo las medidas que ha tomado este sindicato. Estos juicios creo que tienen un componente político porque nunca han sido para proteger a un trabajador. Eso sí que es algo muy peligroso porque están jugando con el trabajo de muchas personas, justo lo contrario de lo que debe hacer un sindicato. Piden que la Consejería asuma la titularidad del Conservatorio. Si eso ocurriera, el personal laboral del Ayuntamiento tendría que irse.

- ¿Cómo ve usted esa posibilidad, que el Principado asuma la titularidad del centro?

-No sería nada positivo. En primer lugar, de los 27 trabajadores sólo yo soy funcionario, es decir, mi puesto de trabajo no peligra. Pero tengo que defender a los otros 26 que se pueden ir a la calle. En segundo lugar, la Consejería ha dicho varias veces que no va a asumir la titularidad del Conservatorio. Ya tiene dos, en Gijón y en Oviedo. Para una provincia como Asturias es más que suficiente. Es decir, si finalmente el Ayuntamiento perdiera la titularidad y el Principado renunciara a ella, los avilesinos tendrían que ir a estudiar a Gijón o a Oviedo. No sé si eso se lo podría permitir el hijo de un trabajador que está ocho horas en su puesto con un sueldo normal.

- Usipa ha lanzado acusaciones hacia usted por una posible prevaricación, por haber actuado de "juez y parte" en el concurso de méritos.

-Esto lo sé porque lo leí en la prensa. Me pareció muy extraño. Amparándome en el artículo 23 de la Ley 40/2015, firmé un papel dos días antes de las reuniones del consejo escolar y el claustro donde se elegían a sus representantes en la comisión de valoración en el que digo que, al ser parte interesada, me abstendré en la votación. Me autorizaron a abstenerme y aquellas reuniones del claustro y el consejo las presidió el jefe de estudios. Yo ni siquiera estuve presente en ellas. Se ha llegado a decir también que tuve conocimiento de los proyectos de los otros candidatos. Los proyectos se entregaron el 30 de junio y esas reuniones a las que me refiero, donde se analizaron esos proyectos, tuvieron lugar el 7 de julio. No hay mucho más que añadir.

- En el Conservatorio, ¿hay quien quiere que quede en manos municipales, pero como Escuela Municipal de Música?

-Contar con un conservatorio en Avilés permite que los niños de la ciudad tengan acceso a los estudios musicales. El que lo quiera convertir en una Escuela Municipal de Música que lo explique. Yo eso no lo quiero. Además, el carácter municipal del centro permite a sus profesores compatibilizar sus clases con otras labores musicales, algo que no pueden hacer los de Gijón y Oviedo. Eso es toda una ventaja.

- ¿Existe el riesgo real de que el Conservatorio llegue a un callejón sin salida y peligre su continuidad?

-Sí. Muchos trabajadores están preocupados. Las personas que intentan que no se normalice la situación deben saber muy bien a lo que están jugando. Quizás sobre ellos pese algún día que los avilesinos no puedan recibir una formación musical reglada a no ser que vayan a Gijón o a Oviedo.

- Algunos vinculan al Conservatorio con un tipo de formación "elitista". ¿Es así?

-Es algo que se achaca a todos los conservatorios y a todas las enseñanzas artísticas regladas. Es verdad que mucha gente con poder adquisitivo matricula a sus hijos en estas enseñanzas por tradición. Pero cuando hay vocación, no hay puertas cerradas. Existen unas bonificaciones municipales del 50 por ciento que están muy bien. Tenemos muchos chavales de barrio, como yo. Soy de Versalles, de un padre chapista y una madre ama de casa. Mi inquietud musical surgió de pequeño.

- ¿Es partidario de ampliar o modificar esas ayudas?

-Sé que el Ayuntamiento quiere ampliar esas bonificaciones. Yo soy partidario de ampliarlas. Pueden ser más justas. Sé que la concejala tiene esa inquietud. Quiere que las ayudas se ajusten más al poder adquisitivo de las familias y no a otras variables, como puede ser el número de hijos.

- ¿Cuáles son los puntos básicos del proyecto con el que ha ganado la plaza de director?

-Este año hemos hecho la primera semana cultural, que ha supuesto un revulsivo enorme para el Conservatorio porque hemos traído a personas de primer nivel en todos los ámbitos artísticos. Eso va a ir a más. Vamos a seguir con más música en la calle. Es muy importante que un servicio municipal revierta en la sociedad, que es la que sostiene el gasto del centro. En mi proyecto tengo cuatro objetivos principales, con unas 40 propuestas. Tenemos que potenciar la excelencia con cursos de formación; la internacionalización con intercambios por Europa; apostar por las nuevas música, como el folk, es decir, por disciplinas que no responden a las materias clásicas; y apostar también por la innovación tecnológica, porque estamos como en el siglo XIX. Nos movemos por circulares en el tablón de anuncios, eso hay que cambiarlo. Y también me gustaría implantar la especialidad de Canto, que no la tenemos y es fundamental, además de estar en la Ley de requisitos mínimos de los conservatorios. Para esto habrá que meter a un profesor más en plantilla, en un principio, a media jornada. Por último, lucharé por fomentar la unidad de la comunidad educativa: padres, profesores y alumnos. Es decir, que los padres también participen en las actividades del centro.

- Con la Fiesta de la Música, logró reunir a una multitud en El Parche para presenciar un concierto de cinco agrupaciones avilesinas. ¿Repetirá?

-Es algo que yo viví en París. La Fiesta de la Música allí se vive con mucha intensidad. Nosotros la empezamos este año de esta manera. Se hizo de forma muy espectacular y fue muy satisfactorio. Fue una llamada de atención. A partir de ahora, me gustaría que se consolidara.

- ¿Qué relación tiene el Conservatorio de Avilés con el resto, especialmente, con los de Gijón y Oviedo?

-Debería haber más. Cuando llegué a la dirección vine con muchas ideas, pero las circunstancias frenaron bastantes. Una de ellas era aumentar la relación con otros conservatorios. Ahora solo hay un festival intercentros: cada conservatorio organiza un concierto con músicos de todos los demás. Debería dársele más publicidad a eso. Además, quiero crear una comisión con los directores de todos los conservatorios de Asturias para reunirnos y crear proyectos conjuntos. Espero tomar la iniciativa.

- ¿Está garantizado el nivel de la actual formación?

-La formación es de calidad porque hemos contado con profesores muy buenos gracias a la ventaja de la municipalidad, al margen de oposiciones tradicionales. Así llegaron los virtuosos de Moscú, lo que le dio el gran empuje al Conservatorio a nivel nacional. Hubo una época que nuestros profesores de cuerda eran referentes mundiales. Los virtuosos se han jubilado ya. Lo importante ahora es cubrir estas jubilaciones a través de unas pruebas muy exigentes. El nivel se puede seguir manteniendo si logramos darles a esas pruebas la suficiente exigencia. Hoy en día, aquí hay gente muy capaz, tanto como los que antes venían del Este.

- Matrícula sí hay.

-Sí, por suerte. Tuvimos miedo a un gran retroceso por las constantes polémicas, pero sigue habiendo más demanda que oferta.

- Es el tercer director del Conservatorio. ¿Qué opina de sus antecesores, José María Martínez y Raquel García?

-Conozco más la primera etapa, cuando yo era alumno. Se hizo una labor enorme: un coro, una orquesta impresionante, se creó de la nada un Conservatorio de primer nivel. Chema le dio una fama fabulosa al Conservatorio que se mantiene pese a los tres últimos años. Raquel fue muchos años la jefa de estudios, le tengo mucho cariño porque fue mi profesora de Piano cuando empecé. Entiendo que para ella pueda ser complicado encajar esta situación, pero la norma dice que para ser director hay que ser funcionario. Chema lo era, yo lo soy y ella, no.

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