Cuando los asturianos emigraron a América a finales del siglo XIX y principios del XX, a buen seguro que no pensaron que casi dos siglos después sus paisanos recordarían su gesta. Ayer, los "americanos" regresaron a Trasona. Alrededor de seiscientas personas, todas vestidas de blanco, participaron en una gran comilona que ya es una tradición en el calendario estival corverano. Tanto es así que la fiesta cada vez cuenta con más adeptos. Ayer se reunieron "indianos" procedentes de la comarca avilesina, Mieres, Galicia e, incluso, Estados Unidos.

Ana Sancho, natural de Lugo, lucía un vestido blanco y adornaba su cabeza con una pamela de ala ancha, como las originales que usaban allende los mares para protegerse del sol americano. "No pude ir a la comida indiana de Ribadeo, pero a la de Trasona tenía muy claro que no podía faltar", explicó la lucense. Desde La Marzaniella acudió a la fiesta Sergio Linos, también de polo blanco y sombrero de paja. "Venimos con muchos amigos y siempre nos lo pasamos genial", afirmó este vecino de Trasona. En la romería indiana participó también y para sorpresa de muchos una mujer de nacionalidad americana que se desplazó a Corvera con el único fin de participar en la comida por ser descendiente de indianos.

Begoña Cisneros parecía recién salida de La Habana (Cuba). Esta leonesa afincada en Avilés se metió en el papel de indiana. Aseguró haber llegado a Trasona después de un largo viaje en barco, como el que antaño realizaban los "americanos". Begoña Cisneros le puso risas a la jornada, unas risas que acompañaron a los participantes en la comida durante todo el día. La parroquia corverana congregó a los hijos, sobrinos y nietos de aquellos que emigraron de un país falto de oportunidades para comenzar una nueva vida al otro lado del charco. En la fiesta también participaron comensales sin ningún vínculo con los llamados indianos.

Además de risas, la comida tampoco faltó para los seiscientos comensales que se dieron cita en la carpa de Trasona: tortillas, empanadas, postres... todo ello regado con sidra para vivir un día de San Pelayo de lo más americano. Tras la comida, los indianos disfrutaron de la verbena preparada por la sociedad de festejos con las orquestas "Assia" y el dúo "Andén 31". Trasona le puso entonces el son cubano a su fiesta más internacional.