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JAVIER BOUSOÑO | Gerente de la empresa avilesina Mecanizados CAS, que celebra este año sus bodas de oro

"Exportar fue básico para superar la crisis y estoy convencido de que es el futuro"

"El suelo que se libere de baterías debería ocuparlo una empresa que sea tractora para el resto del sector del metal asturiano"

Javier Bousoño, ante la sede de Mecanizados CAS. MARA VILLAMUZA

El ingeniero industrial Javier Bousoño (Avilés, 1978) dirige Mecanizados CAS. La empresa del sector metalmecánico que fundó hace cincuenta años su padre Carlos Bousoño celebra este 2017 sus bodas de oro en pleno crecimiento. Mecanizados CAS, con sede en la Avenida de Gijón y el polígono de la ría, amplía instalaciones en Tabaza, ha orientado su fabricación a las grandes piezas y al sector de las energías renovables y la exportación supone el 25% de la facturación. La firma tenía en 2002 veinte trabajadores, cuando en 2005 inauguró las nuevas instalaciones del Parque Empresarial Principado de Asturias la plantilla estaba formada por 30 personas y en la actualidad son 105. La media de edad ronda los 32 años.

- ¿Ha sido muy complicado llegar a este 50 aniversario?

-Mucho, hemos tenido que pasar dos crisis. La primera no la viví directamente, era un crío, pero recuerdo a mi padre pasándolo muy mal en 1992. La segunda me tocó de lleno y ha sido una crisis que todavía estamos viviendo porque ha sido un cambio de época. Desde 2008-2009 las cosas se hacen de forma diferente. En ese sentido vivimos una crisis continua porque ha cambiado la forma de trabajar.

- ¿Qué fue lo más complicado de esta última crisis?

-Aguantar el tirón con los impagos después de la gran inversión que habíamos hecho. Nos pilló en mitad de la compra de los terrenos, de la construcción de esta nave, del parque de maquinaria y del aumento de plantilla. En esa época habíamos triplicado la plantilla.

- ¿Adentrarse en los mercados internacionales fue fundamental para superarla?

-Fue básico y estoy convencido de que es el futuro. Fuera de España se ven las cosas de forma diferente. Aquí sigue existiendo la picaresca de si te pago a 90 días, a 120, si no te admito la factura...

- ¿Hay gente preparada en Asturias para trabajar en las empresas del metal?

-Por desgracia, muy poca. Debería de fomentarse más la formación, tanto la profesional como la universitaria (ingenieros, ingenieros técnicos). La gente que nos llega aquí de formación profesional viene a cubrir el expediente, no con interés. Están más preocupados por lo que les vas a pagar que por trabajar. No se trata de explotar a nadie, en absoluto, pero primero hay que aprender, no se puede llegar a una empresa sin conocimiento y exigiendo. El sistema educativo también ha cambiado muchísimo. La gente no sale preparada. Aquí el 90% de la plantilla llega desde abajo, desde formación profesional o con una beca tras haber estudiado una ingeniería y la formamos. A lo largo del año tenemos entre 12 y 14 personas en formación. En junio entraron ocho en prácticas y seis se han quedado en la empresa. Pero llegan con una formación técnica muy inferior a la de antiguamente.

- ¿Y eso cómo se soluciona?

-Con mucha enseñanza y dedicando mucho tiempo a formar a los profesionales desde dentro de la empresa.

- ¿Las mujeres siguen siendo una rareza en este sector?

-Sí, hay muy pocas mujeres en el metal, en general, y en el mecanizado en particular. En formación profesional no ha venido ninguna de práctica en los últimos doce años y va habiendo más en ingenierías.

- ¿Cómo ha cambiado en los últimos años la pyme avilesina del sector metal? ¿Las renovables son el futuro?

-El Grupo Daniel Alonso ha fomentado mucho el sector de las renovables. En Avilés siempre se echó en falta la fabricación de un producto final con el metal que tenemos gracias a la siderurgia. Siempre me ha extrañado que aquí no haya una empresa de fabricación de coches, ¿no lo quieren ver los políticos? En los últimos años el sector eólico se ha fomentado mucho y muchas empresas del metal trabajan para esos talleres (Windar, Idesa...).

- Mecanizados CAS es vecina de las baterías de coque. Arcelor ha fijado en 2019 su cierre, ¿qué uso cree que se le debe dar a esos terrenos?

-Me extraña que Arcelor deje esos terrenos aún abriendo las nuevas baterías de Gijón, porque el coque es el oro negro. Si finalmente las abandona, el terreno que se libere debería ser para una empresa relacionada con el metal, con la siderurgia, y que además sea tractora para otras empresas asturianas.

- ¿Por ejemplo?

-Una compañía relacionada con la automoción o con el sector de las energías renovables, por ejemplo.

- Están ampliando instalaciones en el área empresarial de Tabaza.

-Sí, tuvimos la oportunidad de comprar una empresa que estaba en apuros (Talleres Llaranes). Son casi 2.000 metros cuadrados más y con la posibilidad de construir en otros 3.000 más si necesitamos seguir creciendo.

- ¿Habrá fiesta por esas bodas de oro?

-Sí, así es. La empresa abrió a principios del verano de 1967 y lo celebraremos después de las vacaciones. Habrá un acto para celebrar los 50 años con clientes, proveedores y plantilla. Sin los trabajadores no habríamos conseguido nada de esto.

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