El embajador Jorge Hevia Sierra (Colunga, 1959) concluyó su misión ante la Organización de Estados Americanos (OEA), puesto en el que se mantuvo casi un lustro como consecuencia de los vaivenes electorales que vivió España el año pasado. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en el porche del chalé de La Granda, que acogió ayer la jornada "Problemas principales de seguridad y estabilidad internacional en 2017", un curso que dirige el exdiplomático madrileño Servando de la Torre.
- Su puesto ahora es el de director político adjunto de la Dirección General de Política y Seguridad del Ministerio de Exteriores.
-Eso es.
- ¿Y qué hace un director político adjunto?
-Es un segundo del Director General. Lo que hace un director político es coordinar toda la política exterior española en el seno de la UE. Además, sustituyo al director general en determinados foros a los que este no puede desplazarse.
- Hablemos de América.
-Para eso estoy hoy en La Granda.
- Tenemos que hablar de Venezuela.
-Claro. Desde hace mucho tiempo seguimos la situación venezolana con enorme interés, como prácticamente todo el mundo, sobre todo los países que tienen vínculos con esa nación. A fin de cuentas, pertenecemos ambos a la comunidad iberoamericana de naciones. Además, tenemos en Venezuela una comunidad muy importante de españoles, la principal de todos los países de la UE.
- ¿Y qué preocupa más?
-La inestabilidad, los acontecimientos que están teniendo lugar allí; por todo lo que ha pasado en los últimos meses, sobremanera el deterioro que se ha producido en materia de seguridad, el deterioro del sistema democrático. Estamos trabajando en el seno de la UE, y también nosotros de manera particular, en buscar la solución de la crisis, en que vuelva la normalidad, en evitar este continuo goteo de muertos que se están produciendo en los últimos meses. El objetivo último de la UE es que haya un restablecimiento pleno de la legalidad democrática.
- ¿Y eso es posible con Maduro?
-Se trata de evitar la tragedia que se puede producir, el enfrentamiento, de que las cosas se deterioren más. Se está pensando en la adopción de sanciones, pero lo que interesa es el pueblo venezolano y el restablecimiento pleno de la democracia.
- ¿Cómo se ven desde Europa los dos parlamentos venezolanos?
-Esto es parte de la situación en que vive el país: un poco surrealista. Nosotros y la mayor parte de los países democráticos, fundamentalmente de la UE y de América Latina, no reconocemos la asamblea constituyente porque no es fruto de unas elecciones libres y democráticas. Damos plena validez al parlamento elegido democráticamente.
- ¿Trump volverá a cerrar Cuba?
-Donald Trump ha hecho algún pequeño cambio en relación a la política que había propiciado Barack Obama. Lo importante es seguir la evolución de lo que está sucediendo en la isla y esperar que se produzcan las reformas que el régimen cubano ha prometido para que así Cuba se reintegre plenamente en la comunidad iberoamericana, cosa que ahora no sucede.
- ¿Qué pasa en Colombia después de que los colombianos rechazaran el plan de paz?
-Tras el referéndum hubo una reforma que propició que se aprobase en el parlamento.
- Sin referéndum.
-Sin él, pero ya es un hecho. las Naciones Unidas están comprometidas con su desarrollo. Ahora vienen las elecciones en Colombia y estoy seguro de que será un tema fundamental entre los distintos candidatos y habrá que seguir muy de cerca quién gana y qué política quiere llevar a cabo en relación con el proceso de paz: si quieren profundizar en él, seguir haciendo correcciones, o si quieren mantener lo que está vigente en estos momentos.
- El muro de Trump entre Estados Unidos y México, ¿es un peligro cierto?
-Este asunto estuvo en la campaña electoral estadounidense. Sin embargo, lo importante es la relación entre México y Estados Unidos. Prácticamente se puede decir que México ya no es una cuestión de política exterior en Estados Unidos, si no una cuestión de índole interna. Ha habido declaraciones, actitudes que recuerdan más a la campaña electoral que al ejercicio de gobierno, pero yo creo que poco a poco se va imponiendo la realidad. Son dos países llamados a entenderse. Y así va a ser. Por otro lado, el sistema estadounidense es muy sólido. Siempre se ha dicho que el cargo de presidente de los Estados Unidos es un poco frustrante. Yo creo que el propio Obama lo ha dicho al final de sus ocho años como presidente. Se quejó diciendo que hubiera querido hacer mucho más, pero es imposible. Los presidentes están rodeados de un aparato enorme que se ve cuando viajan en el Air Force One, en cómo les reciben en todos los sitios, pero luego, a la hora de la verdad, no pueden llevar tantas cosas adelante.
