La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A bordo del "Creoula"

Proa a las Columnas de Hércules

La tripulación visitó Málaga: el museo de Picasso, la catedral, la alcazaba y la calle Larios, entre otros lugares

Un remolcador colabora en la maniobra del "Creoula" para abandonar el puerto de Málaga.

Martes 8 de agosto de 2017.

Arribamos entre la niebla a Málaga a las 9.00 horas. Las limpiezas habituales y el engalanamiento del barco para la recepción de autoridades ocuparon una parte de nuestro tiempo. Entre los mandatarios que acudieron a la recepción estuvieron el Alcalde de Málaga y el cónsul de Portugal en la ciudad.

Pero antes, los integrantes de la UIM disfrutaron de una visita guiada a la ciudad en la que pudieron visitar los principales rincones de la urbe, tales como la calle Larios, la catedral, la casa natal y museo de Picaso o la alcazaba. La tarde libre permitió a los instruendos y profesores que así lo decidieron disfrutar de las playas, de las tiendas o de los museos de esta hermosa ciudad mediterránea.

Mañana a las 9.00 zarparemos rumbo a Lisboa, iniciando la última etapa de nuestro periplo. Los retos son importantes. Pasar el estrecho de Gibraltar, adentrarnos en el Atlántico, doblar el cabo de San Vicente o entrar en el estuario del Mar de la Paja, en la desembocadura del Tajo en Lisboa son, sin lugar a dudas, palabras mayores y unas experiencias que quedarán grabadas para siempre en la retina y en la memoria de todos los que participamos de esta extraordinaria aventura. Pero iremos contándolo en días sucesivos, cada cosa a si tiempo.

Miércoles 9 de agosto de 2017. Zarpamos del puerto de Málaga a la hora prevista. Nada más zarpar el comandante del navío anuncia que pasamos, a partir de ese momento, al régimen horario portugués, lo que implica que debemos retrasar los relojes una hora; como en Canarias, una hora menos. Es cuestión importante porque todas las rutinas del barco se modifican con esa medida.

El día amaneció despejado, con una suave brisa del suroeste, es decir, del Estrecho, o lo que es lo mismo, del Atlántico. Es como una caricia fresca que nos regala Eolo al comienzo de esta última fase de nuestra singladura que anuncia ya su final en Ulisipona, Lisboa, la ciudad de Ulises.

Pero han de pasar aún tres jornadas muy prometedoras. Hoy esperamos pasar el estrecho de Gibraltar. Poder cruzar las columnas de Hércules a bordo de un velero de cuatro palos será una experiencia que, sin duda, quedará grabada en la memoria de todos los miembros de la UIM.El día discurre apacible. La actividad a bordo, aparte de las faenas habituales, se ha relajado para recuperar fuerzas. El sueño reparador, la suave y fresca brisa del Atlántico se convierten en aliados de Morfeo, a medida que nos vamos acercando a la Giba de Tarick. Nos vamos acercando al Atlántico. El barco, impulsado por toda la potencia de su motor, está desarrollando una velocidad de cuatro nudos, unos siete kilómetros por hora.

Por la proa, mirando desde la amura de babor, ya divisamos el monte Hacho o Abyla, en Ceuta y, por la de estribor, la Giba de Tarick, es decir, Gibraltar. A babor, Áfric; a estribor, Europa, entre esos dos pinachos pétreos conocidos desde la antigüedad clásica como las Columnas de Hércules, vamos a cruzar y a penetrar en el Atlántico. La aventura continúa.

Compartir el artículo

stats