"En ciencia hemos intentado alargar la vida, y en animales lo hemos conseguido, aunque en personas es muy difícil. Pero nos hemos dado cuenta de que el objetivo fundamental no es vivir más años, sino vivir mejor". Esta reflexión es una de las claves del estudio sobre el envejecimiento que ayer expuso José Viña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia, durante su participación en los cursos de La Granda. Y es que el reto no es alargar más la vida, sino evitar caer en la dependencia. La ya evidente prolongación de la vida más allá de lo que era habitual hasta hace décadas hace que algunos expertos, como el profesor Rafael Puyol, recomienden mover el umbral del envejecimiento, que actualmente se fija en los 65 años, y que no refleja la realidad de las sociedades actuales.

Pero el reto está en encontrar las claves de una vida con calidad. "Nos estamos dando cuenta de que muchas de las cosas que se asociaban al envejecimiento en realidad están vinculadas a la fragilidad", explicó Viña. Ese concepto, fragilidad, se refiere a la antesala de la dependencia, la pérdida progresiva de capacidades que los expertos recomiendan diagnosticar lo más pronto posible para poder revertir sus efectos. Y una de las dificultades estriba en que no hay edades estándar. "Si un centenario es frágil no quiere decir que no haya tenido un envejecimiento satisfactorio. El problema es si un octogenario tiene la fragilidad de un centenario", observó el catedrático de Fisiología.

Las pautas generales de ese empobrecimiento de la calidad de vida se refieren al déficit energético, de masa muscular, directamente relacionado con la falta de actividad. Para mantener la masa muscular activa, la receta es triple: ejercicio físico ajustado a la edad, nutrición adecuada y sociabilidad. "Más del 40 por ciento de la población europea de más de 65 años está desnutrida de proteínas, y no digamos el déficit de vitaminas y minerales, que es mayor. La gente no come suficiente fruta y verdura, no tienen sed y se deshidratan...", explicó José Viña. En lo que se refiere al factor de sociabilidad, está demostrado que una hora de ejercicio físico en compañía es más provechosa que ese mismo ejercicio en solitario: "Les da enormes beneficios".

En cuanto a los ejercicios en concreto recomendados en geriatría son para practicar la fuerza (fundamental para no perder masa muscular), la coordinación, y pinceladas también de ejercicios aeróbicos. Con todas estas claves, el mensaje de Viña es claro: "Cuídense, es responsabilidad suya. Si no, alguien tendrá que arrastrar el carrito".

Y junto a ese esfuerzo por cuidarse y por pedir consejo a los expertos, un criterio también claro: "Envejecer no es malo, hay que quitar la idea de que es algo que puede curarse porque no es una enfermedad". En eso Viña discrepa con muchos especialistas, biólogos y médicos, que plantean el envejecimiento como enfermedad. "La contestación más fácil desde el punto de vista biológico es que una cosa que le pasa a todo el mundo no puede ser enfermedad; si lo es, tendremos que cambiar el concepto. El envejecimiento ocurre a todos los seres multicelulares, a todas las personas".

Así que en lugar de preocuparse por envejecer, este experto considera clave aumentar la calidad de vida, prepararse y echar mano de la medicina preventiva. "Es mucho mejor que curar las enfermedades. Y no tenga miedo a la muerte". Para todo ello urgió una reforma del sistema sanitario que, en su opinión, no está promocionando correctamente las políticas que tienden a la prevención de la fragilidad como "síndrome madre" y de las enfermedades asociadas al envejecimiento.

Eso sí, señaló que en Asturias la estructura sanitaria está mejor orientada que en otras regiones españolas hacia la geriatría. "Hace falta darle un meneo al sistema, eso es lo que nos va a disminuir el gasto". Y es que según estudios realizados por el propio catedrático un programa de ejercicio de una hora de duración durante cinco días a la semana permitió a los participantes acudir durante ese periodo entre un 20 y un 30 por ciento menos al centro de salud. Todo un ahorro de recursos gracias al ejercicio.

La concienciación social, por último, es también clave en esta batalla, unida a una mejor formación en conceptos de geriatría para los médicos de atención primaria. "Hay que enseñarles qué tienen que hacer con los pacientes, cómo tratarlos, cómo con la edad cambia la enfermedad, cómo no tratar cosas que no hay que tratar... En definitiva, que tengan puesto el foco en el adulto mayor". Y al final el objetivo es que la persona pueda vivir de forma autónoma hasta el final de sus días, y a poder ser en su propia casa.

Las jornadas sobre envejecimiento que organizan los cursos de La Granda finalizan hoy con dos sesiones, ambas en horario de mañana. La primera será a las 10.30 horas, y correrá a cargo del profesor Javier Santacruz Cano, que expondrá el tema "Longevidad y economía. Impacto sobre el ahorro, el consumo y la inversión". Y la otra, a las 11.45 horas, correrá a cargo de la profesora Beatriz Rodríguez Sánchez, que disertará sobre el "Envejecimiento y aumento del gasto sanitario".