"Como recuerdo y en consideración a todos aquellos que con su esfuerzo, sacrificio y sufrimiento (afectados, presos de la Guerra Civil, trabajadores, etcétera), hicieron posible la construcción de este embalse del Ebro. 70º. aniversario del cierre de las compuertas". Esta placa, que lleva la firma de la Comisión Campurriana para la Historia del Pantano del Ebro, luce desde ayer en un lugar destacado junto al embalse cuya construcción obligó a emigrar a miles de arijanos. Acogidos en Jardín de Cantos, cerca de 5.000 burgaleses se trasladaron a Avilés en 1947 amparados por la empresa Cristalería Española, que tras la noticia de la construcción del pantano decidió abrir una nueva fábrica en Avilés y reubicar a los trabajadores afectados por el cierre de sus instalaciones en Arija.

Ante un nutrido grupo de vecinos, entre los que no faltó quien portara la bandera republicana, se realizó ayer la colocación de la placa, a pie de pantano, y se leyó también un texto que la Comisión Campurriana pactó con la Confederación Hidrográfica del Ebro. El luto por el atentado perpetrado en Barcelona impidió que entre los asistentes se encontrara la Alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín. La emoción fue la nota dominante, al recordar a todos los afectados por la construcción.

Los actos en recuerdo del 70º. aniversario se celebraron primero en la localidad cántabra de Arroyo, junto al pantano, y después en Reinosa, con un evento conmemorativo para recordar a los afectados y presos republicanos. Se presentó, asimismo, el libro "El pantano del Ebro. Los resistentes", con la presencia de su autor, Jesús Fernández Navamuel.