"Ahora mismo, antes que pensar en reformar la Constitución, hay que hacer que se cumpla", afirmó ayer Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. La amenaza de sedición por parte de Cataluña pululó sobre la apertura del nuevo curso de La Granda, dedicado al 40.º aniversario de la aprobación de la Carta Magna. Y la primera pregunta acerca de si hay que reformar el texto obtuvo una respuesta unánime por parte de los ponentes. En resumen: "No es el momento". ¿Las razones? Primero, no hay consenso político; segundo, "no se sabe qué se quiere cambiar", y, tercero, "no puede ser menos oportuno abrir ahora la caja de Pandora". "Se pueden escapar muchos males que están contenidos aunque con dificultad", como es el caso de Cataluña, afirmó Pendás. "Hay que pasar este Rubicón", añadió Leopoldo Tolivar, catedrático de Derecho Administrativo.

Lo que tienen claro los expertos que ayer estuvieron en La Granda -hay que sumar también a Roberto Blanco, catedrático de Derecho Constitucional, y Pablo Pendás Prieto, letrado de las Cortes Generales- es que la España constitucional "ha sido un éxito". "Esta España, con sus defectos y problemas, es admirable", afirmó Blanco.

Benigno Pendás defiende que no hay que tocar nada de los grandes asuntos que aborda la Constitución, como el estado social, la monarquía y la soberanía nacional. "La Corona juega un papel determinante en esta estabilidad social y política que hemos tenido en estos 40 años. No es un anacronismo ni una antigualla", aseveró. Eso sí, los expertos consideran que sí que habría que eliminar, pero sin prisa, la "discriminación de la mujer en la corona".

El gran problema surge al hablar del tema territorial y cómo reformar esos artículos en la Carta Magna. "El sistema autonómico del 78 es una solución política para salir del paso de una realidad evidente: que España es una gran nación histórica pero también plural, diversas y con diferentes realidades. No es un caso especial, también sucede en Francia o Italia. El modelo autonómico ha ido funcionando dificultosamente. El reparto de competencias es complicado y el Tribunal Constitucional ha sabido ir lidiando para aclarar alguna materia complicada. Eso es lo que habría que clarificar en la reforma constitucional cuando llegue el momento: qué hace el Estado, qué las comunidades y qué se hace conjuntamente. Hay muchas cosas que se podrían reforzar con vínculos de cooperación, puntos de encuentro para mejorar el sistema", apuntó Pendás.

Roberto Blanco abundó un poco más en esos problemas territoriales y aseguró que modificar la Carta Magna para ampliar la colaboración entre las comunidades y cohesionar el territorio es "incompatible" con la intención de los nacionalistas de "romper el Estado". "Lo que hay que dejar claro es que no se puede marchar nadie. Por eso, quienes plantean una reforma constitucional lo hacer para hacer política de partidos", aseveró.

Para los expertos, la clave de todo el sistema autonómico está en la "lealtad institucional". Y actualmente hay una comunidad que está practicando la deslealtad. "Es algo insólito. No hay ningún lugar en Europa tras la II Guerra Mundial en el que un gobierno se haya sublevado contra un Estado y la Constitución", comentó Blanco. Y añadió Pendás: "Hemos querido creer que se podía reconducir el asunto siempre a base de ser comprensivos. Pero con todo, algunos seguimos creyendo que el asunto es reconducible. No estamos ante un adversario formidable, sino marrullero, tramposo, que se aprovecha del monopolio que tiene en los medios de comunicación. No es un enemigo imbatible por una España constitucional, sólida". Eso sí, los expertos afirman que el Estado tiene en su mano las herramientas para hacer cumplir la Constitución; en último extremo, implicando a las fuerzas de seguridad y al Ejército.