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Modernismo con sello de Grado a orillas del Nalón

El historiador José Manuel Rodríguez Hevia saca a la luz la obra del arquitecto Emilio Fernández-Peña, con exponentes en La Arena

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El legado arquitectónico de Fernández-Peña Villa en La Arena

Emilio Fernández-Peña Villa fue el gran arquitecto modernista del Bajo Nalón. Así lo afirma el historiador sierense José Manuel Rodríguez Hevia después de realizar un amplio estudio sobre las obras de Fernández-Peña, cuya joya de la corona en la comarca es el chalé indiano "Villa Radis" de Somao (Pravia), con permiso de las iglesias de San Juan de la Arena y San Esteban de Pravia. "Fue una suerte que no consiguiera la plaza de arquitecto municipal de Oviedo porque eso fue lo que permitió que se dedicase de lleno a las obras del Bajo Nalón", afirma.

Fernández Peña nació en Grado en 1873 y pronto mostró interés por la arquitectura, ya que su padre era maestro de obras aunque por su buenas cualidades también dirigía y proyectaba. Así es que en 1904 se licencia en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y comienza a hacer reformas en Oviedo gracias a los conocidos de su padre. "Uno de los primeros encargos que recibe es de Valentín Sarasola de Grado, quien le pide un chalé modernista de influencia franco-belga, muy difundido por la Exposición Universal de París", comenta el historiador.

En 1907 es cuando el arquitecto comienza a trabajar en el Bajo Nalón después de ser nombrado arquitecto diocesano y tener que acompañar al Obispo de la época para construir la nueva iglesia de San Juan de La Arena. "Ahí es cuando comienza a hacer obra civil y religiosa por la zona, incluyendo Cudillero", precisa el autor. Y es que el Bajo Nalón era una zona boyante económicamente por la industrialización del puerto de San Esteban de Pravia, así como por el crecimiento de la industria pesquera en La Arena, la llegada del tren Vasco-Asturiano y el retorno de los indianos de Cuba.

Debido a la buena marcha económica comienza a recibir muchos encargos particulares. Así construye en 1908 el chalé "Villa Radis" en Somao (Pravia) por encargo de Gabino Álvarez, hijo de un indiano. "Es de estilo vienés con carpintería y mobiliario también diseñado por Fernández Peña y en un año ya estaba construido". Un año después, la madrastra de Álvarez le encarga un pabellón monumental para Gabino Álvarez padre con un estilo historicista con influencia alemana y holandesa, precisa el historiador, que ha conseguido hacerse con una copia de los planos, que fueron hallados por los propietarios hace dos años en un baúl de la casa.

En la capital praviana también tiene una construcción, la Casa Cueto, hecha por encargo de Jesusa Porreño. "Un edificio de tres plantas muy original con influencia de diversos estilos modernistas y que guarda cierta similitud en la decoración con otro proyectado en Oviedo para el banquero Manuel Caicoya", precisa el investigador. En el concejo quedan otras obras de Fernández Peña, como la reforma de la iglesia de Villafría, que fue costeada por los vecinos y dos indianos, Serafín Fernández y Santos Álvarez. Costó 16.000 pesetas.

En la localidad de Los Cabos fue el encargado de modificar el antiguo palacio de los Omaña, que fue ocupado en 1900 por la orden de los Benedictinos. Transformó la antigua capilla en una gran iglesia siguiendo el estilo del palacio, que es barroco, "pero en el exterior se aprecian toques modernistas en los vanos y la cúpula".

Por su parte, en Soto del Barco el arquitecto legó obras significativas como la rula de San Juan de la Arena, de 1917, o el chalé del abogado ovetense José Buylla. También es el autor de la iglesia, que tiene influencia modernista catalana de Juan Rubio Bellver ,y del antiguo hotel y casino que fue convertido en la fábrica de conservas "Lis".

Fernández-Peña también trabajó en Muros de Nalón, donde construyó la iglesia de San Esteban de Pravia en 1910, de estilo neogótico modernista, así como fue el encargado de levantar un almacén y oficinas para la empresa de industriales locales Fierro e Hijos, que se hizo en varias fases.

Un amplio y singular trabajo arquitectónico desarrolló Fernández-Peña por todo el Bajo Nalón hasta su marcha en 1920 a Madrid tras conseguir la plaza de Arquitecto de Hacienda. "Allí colaboró con Francisco García Nava para diseñar los panteones y capillas del cementerio madrileño", concluye José Manuel Rodríguez Hevia, un amante de la arquitectura de los siglos XIX y XX que ha encontrado en el moscón Fernández-Peña Villa un filón para sus estudios históricos.

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