No hubo discusión posible. Carlos García seguirá siendo el presidente del "senado" -la tertulia que mantienen a diario varios vecinos veteranos en el Parche sobre lo humano y lo divino que acontece en la villa- por aclamación popular. "Carlinos", oriundo de Villalegre, recibió ayer aplausos y regalos durante una comida de homenaje, rodeado de sus contertulios habituales y otros esporádicos que quisieron acudir a mostrarle su cariño. Pertrechado bajo su inseparable gorra, el "líder" destacó su longevidad: 89 años le contemplan, los 90 llegarán en pocos meses. "Soy el que más años tengo de los del Parche", afirmó. Y tiró de modestia al asegurar que el almuerzo de ayer no era algo especial, que era una costumbre anual del "senado". Aunque es cierto que el colectivo siguen esta tradición, también lo es que la cita, en esta ocasión, llevaba su nombre.

Escaso de apetito de un tiempo a esta parte, García disfrutó, no obstante, de un plato de fabada en el céntrico restaurante que acogió el encuentro. Después, el pescado quedó a medias. Pero más que de la comida, se nutrió de palabras. Comenzando por las del "senador" Manolo Rubio, que hizo de maestro de ceremonias. "No hay una figura política como la de Carlos, un excepcional presidente del senado", afirmó. García y Rubio se sentaron en la mesa presidencial, junto a otros contertulios, como el secretario del "senado", Gregorio del Hoyo, Pablo Álvarez, José Manuel Pandiella... Así como el párroco emérito de San Nicolás, Ángel Garralda.

El concejal del PP Constantino Álvarez -que estuvo acompañado de los también ediles Alfonso Araujo y Francisco Zarracina, así como con la secretaria del grupo municipal, Marta Fernández del Viso- fue el encargado de imponer al presidente la insignia de honor de la tertulia. Nada menos que un pin con la cruz asturiana y la leyenda "Senado". "Para mí es un honor entregar esta medalla, aunque también una encerrona, me avisaron hace unos minutos", afirmó.

Álvarez resaltó los valores de los tertulianos del Parche: su buen conocimiento de la actualidad, su buena memoria de los hechos y acontecimientos pasados. "Carlos siempre fue el referente, la figura, destacaba hasta en el temple de voz", indicó. El propio edil le entregó también un cuadro, con la iglesia de Villalegre, que pintó para él.

Tras la comida, más homenajes, como el que le tributó el monologuista "Pandiella". "Sobran las palabras cuando habla el corazón", arrancó. Y entre canción y poesía, hizo un elogio de la fuerza de voluntad y del espíritu luchador del presidente del "senado". "Que redoblen los aplausos, que enmudezca el comedor, por nuestro amigo Carlinos, todo un Cid Campeador", deseó.