Juan Carreño de Miranda "es algo más que el pintor de cámara de Carlos II", explica la profesora Cristina Agüero Carnerero, la comisaria de la exposición de dibujos del artista más importante de cuantos dio Avilés en su historia. Se trata de una muestra que cuelga en la Biblioteca Nacional desde finales de mayo y que se despide el próximo día 10 de septiembre. Casi 15.000 visitantes se han sumergido hasta esta semana en la obra del pintor del que hace un par de años, su ciudad natal celebró el cuarto centenario de su nacimiento.

"En líneas generales estamos contentos con el número de asistentes de esta muestra y, por supuesto, por la recepción que está teniendo entre los expertos en su obra", destaca la responsable de la exposición, que cuenta con 72 piezas, entre dibujos y otros documentos. "Con ella, estamos dando a conocer a una personalidad mucho más compleja de lo que se podía esperar", añade la comisaria. "Aparte de pintor de Carlos II lo fue también de su padre, de Felipe IV, y, además, fue maestro de una escuela amplia e, incluso, asesor de coleccionistas con dinero", aclara Agüero Carnerero.

La muestra de la Biblioteca Nacional cuenta con piezas propias (algo más de 40 dibujos), pero también con piezas procedentes de préstamos institucionales: la Casa de la Moneda, la Real Academia de Bellas Artes y el Museo del Prado, en Madrid; el Metropolitan Museum de Nueva York y el J. Paul Getty de Los Ángeles. "En Avilés, se vieron los dibujos que posee la Biblioteca Nacional, pero nada más. Sin estudio crítico, ni nada", explica Agüero. La exposición estuvo programada en la Casa de Cultura de Avilés hace un par de años. "En el catálogo que hemos publicado lo que hacemos es relacionar a Carreño Miranda con su contexto, con Francisco Rizi, con Claudio Coello", apunta la profesora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

El grueso de la exposición es propiedad de la Biblioteca Nacional. "Procede de las colecciones de José Madrazo, Valentín Carderera, Manuel Castellano y Ceán Bermúdez. Lo que podemos decir es que lo exponemos en Madrid es casi todo lo que se conoce de la obra en papel del avilesino, al menos, casi todo lo que se custodia en instituciones culturales. No cabe duda de que pueda haber piezas en manos privadas, en paradero desconocido. La pieza que nos ha prestado el Getty estuvo, de hecho, en paradero desconocido hasta 2003, cuando salió a subasta y la adquirieron", explica la profesora.

Los dibujos de la muestra de la Biblioteca Nacional son de dos tipos. "Los hay que son bosquejos de proyectos posteriores. Hay piezas que luego encontramos desarrollados en la iglesia madrileña de San Antonio de los Alemanes, la que decoraron Carreño y Rizi", señala la comisaria de la muestra. "También tenemos bosquejos de frescos que estuvieron en el salón de los espejos del antiguo Alcázar", apostilla. "Otros dibujos expuestos sirvieron como modelo para los discípulos de Carreño. Hay alguna muestra original y su correspondiente copia. Porque Carreño Miranda fue un pintor con una gran escuela", explica.

Una faceta menos conocida fue la de asesor artístico. "Se conservan cartas entre el embajador español en Venecia y el Almirante de Castilla. Este le dice a aquel que Carreño es el que da autenticidad a los cuadros que le llegan de la república", añade Agüero. "Así que Carreño Miranda era algo más que un simple pintor de cámara", concluye la profesora.