Un grupo de valientes decidió ayer emular a Kilian Jornet -uno de los montañeros más importantes de esta época- por la sierra del Bufarán. La "Carrer Illas" nocturna, que cumplió su sexta edición, consiguió reunir a 300 personas que hicieron caso omiso a las adversidades del tiempo y pusieron rumbo a la montaña.

La salida desde la capital, La Callezuela, y desde allí, "hacia arriba", con el pico Gorfolí como protagonista, para recorrer los 15 kilómetros de la prueba, con un desnivel acumulado de 1.850 metros.

También hubo modalidades para aquellos que prefieren ir caminando -carrera "Andarines" de nueve kilómetros y 1.000 metros desnivel acumulado- y para los más pequeños, la "Peque Trail" con un recorrido de 2.500 metros y 150 metros de desnivel. Tras el esfuerzo, a todos los corredores les recibió una espicha a base de pote asturiano y requesón. Allí fue el momento de hacer balance y empezar a preparar, a buen seguro, la edición del año que viene.

Los participantes contaron en todo momento con la colaboración de los voluntarios repartidos por el circuito. Y es que el recorrido no es fácil, con pendientes y cortafuegos que terminan, eso sí, en una zona con una vista privilegiada de todo el entorno. Y de ahí, hasta las antenas, punto más alto de la carrera, a donde subieron en dos ocasiones. La mayor parte del recorrido, además, bajo la oscuridad, sólo interrumpida por las linternas frontales. Los participantes de la "Carrer Illas" además son solidarios y toda la recaudación va a la Asociación Española Contra el Cáncer.