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JAIME MARTÍN | Autor de "Las guerras silenciosas" y "Jamás tendré 20 años"

"Me considero un narrador de historias y no un dibujante"

"Me resulta imprescindible recuperar la memoria de generaciones anteriores que han vivido momentos históricos"

Jaime Martín. RICARDO SOLÍS

Jaime Martín, autor de obras que profundizan en la memoria histórica, participa por primera vez en las Jornadas del Cómic de Avilés. Ayer, ofreció en la Casa de Cultura la segunda de las charlas-coloquio de los encuentros. En la siguiente entrevista habla de su trayectoria.

- Comenzó su carrera en revistas como "Bichos" o "Pulgarcito". ¿Queda algo en Jaime Martín de aquellos inicios?

-Pronto dejé de interesarme por hacer cómics para el público infantil, aunque en su momento me gustó mucho. Me metí en el mundo de adultos y de la crítica social, de contar las historias que vivía con mis amigos de 18-20 años. Desde entonces he ido por esos derroteros.

- Trabajó en "El Víbora", donde dibujó guiones con Alfredo Pons, y en "Sangre y Barrio" ya pasó a realizar ilustraciones y guiones. "Hacer ambas tareas da más libertad como creador".

-Yo tengo necesidad de contar historias; me considero un narrador y no un dibujante de cómic. O sí, pero no como la mayoría. Me cuesta mucho dibujar y cuando acabo un álbum no toco un lápiz hasta el siguiente proyecto. Todo esto nace de una necesidad básica. De pequeño era muy tímido, me relacionaba poco con los alumnos de clase y el dibujo fue una forma de facilitar esa integración. Hay gente que es virtuosa para dibujar y prefieren esto a contar historias. Para ellos, cuanto más difícil sea un guión, más disfrutan; los admiro.

- Algunas de sus obras profundizan en la memoria histórica y alcanzaron grandes éxitos de críticas y público. ¿Un autor debería desarrollar una labor social, con historias cercanas?

-Hay que contar historias de todo tipo porque hay un público amplio y con gustos e intereses variados, pero para mí me resulta imprescindible recuperar la memoria de generaciones anteriores porque han vivido momentos históricos. Es una forma de rescatar la memoria de la gente de cierta edad.

- ¿Cree que hay poca obra social?

-Creo que no; de hecho se habla de que hay una especie de moda de este tipo de historietas. Pero dada la intensidad del trabajo pienso que quien se mete en este estilo de cómic es porque le interesa. Y si además tiene familia que ha vivido momentos interesantes y pueden aportar algo al lector y al momento de España, lo hará.

- ¿Va a continuar en esta línea?

-Sí. Alguien me preguntaba si desde que hice "Las guerras silenciosas" y la última de mis abuelos estaba tratando de hacer una especie de historieta autobiográfica y recuperando la historia de familiares pasados. El primer álbum que me publicaron, en 1989, era una historia de jóvenes marginales en Hospitalet, de amigos míos. Más tarde continué con cosas similares, en clave de humor, pero siempre tratando lo que hacían los jóvenes melenudos en los 80: perder el tiempo en los parques bebiendo litronas, fumando canutos y tratando de ver qué ubicación querían en este mundo. Eso, en cierta forma, es cómic personal, autobiográfico y de recuperación de la historia cercana. Pero también hice género de terror, que me gusta, aunque con una historia realista potente.

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