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ANTONIO OREJUDO | Escritor, protagoniza mañana el ciclo "Palabra" del Centro Niemeyer

"La historia ha sido poco piadosa con mi generación, no nos ha reservado glorias"

"Escribir una novela es un trabajo de artesanía y detalle; considero que cuatro años es el tiempo mínimo para hacerla"

Antonio Orejudo, durante una reciente visita a Asturias. MARCOS LEÓN

El escritor Antonio Orejudo (Madrid, 1963) cierra, a las 20.00 horas de mañana, jueves, en el auditorio del Centro Niemeyer, las actividades del tercer trimestre del ciclo "Palabra". Tras él comenzará la última etapa anual del programa, que contará con tres nuevos invitados: Sabino Méndez, Carme Riera y María Frisa. Junto al autor madrileño estará en el escenario, ejerciendo de entrevistador, el doctor Javier Aparicio Maydeu, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. En la siguiente entrevista, Orejudo habla de su última creación literaria, "Los cinco y yo", y de la generación a la que pertenece.

- ¿El título del libro y su temática deja claro que ha crecido leyendo las aventuras de "Los Cinco", de Enid Blyton?

-La serie está en mi formación como niño y como lector, pero "Los cinco" no me estimularon como escritor. Nunca fui consciente de que esas historias estaban escritas por alguien y de que quería ser esa persona. Lo que sí tenía era el deseo de ser de los niños que protagonizaron sus historias.

- ¿"Los cinco y yo" es una combinación de recuerdos y ficción?

-Es una escritura ubérrima. Durante un tiempo estuve buscando la fórmula que me permitiera la libertad de ir del ensayo sociológico a la memoria personal pasando por el chascarrillo y sin olvidar la ficción, pero esto tiene una cierta dificultad porque los cambios de tono y de tema tienen que producirse con solidez. Me gustaba la idea, que no es original, de hacer la glosa de un libro que no existe; ya la inventó Cervantes. Lo mío es una cosa parecida, pero sin querer compararme con él, claro.

- ¿Toni, el personaje protagonista, es Antonio Orejudo en versión niño?

-Todos los personajes que uno crea tienen mucho material de uno mismo sin correspondencia exacta, pero de ahí a pensar que soy Toni habría mucho que matizar.

- ¿El libro es un homenaje a su generación?

-Es una reflexión que está desleída en la historia; ésta ha sido poco piadosa con nosotros, no nos ha reservado ninguna gloria. No obstante, viendo hace unos días la televisión me di cuenta de que los que capitanean los líos de Cataluña son cincuentones. De repente caí en la cuenta de que son de mi generación; seguramente tendrán una insatisfacción por no haber tenido un lugar en la historia.

- Es muy crítico con su generación, de la que ha dicho que es de " chichinabo" o la historia de una decepción y desengaño.

-He sido descriptivo con una situación, no hemos contribuido mucho a nada, hemos sido un pelotón de gente que no hizo la transición ni se rebeló contra el orden establecido en la crisis. Hemos sido obedientes, ni siquiera nos hemos revelamos contra los hermanos mayores, que empezaron a mandar jóvenes y siguen mandando.

- ¿Entonces, se considera parte de una generación inexistente?

-Inexistente, pero siendo muchos, todos pertenecemos a una familia grande o conocemos a alguna de siete y ocho hermanos; somos muchísimos. Nuestros padres estuvieron alentados por la bondad económica del periodo franquista. El número es nuestra seña de identidad mas reconocible.

- ¿Tiene añoranza de aquellos años?

-Echo de menos los años de la juventud, pero los ochenta tuvieron un lado siniestro que no hay ahora; la heroína hizo estragos entre mi generación, muchos amigos y familiares se quedaron en el camino, fueron años salvajes por la heroína y el sida.

- Invierte tiempo en cada libro. ¿Lo hace por perfeccionismo, porque realiza muchos cambios, no tiene prisa...?

-Escribir una novela es un trabajo de artesanía y de mucho detalle. Cuatro años es el tiempo mínimo para hacerla como considero, pero vivimos en un mundo donde el capitalismo y la productividad dominan.

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