Alberto Tirador (IU) es el alcalde más veterano de la comarca. Cogió el bastón de mando en Illas, el concejo más pequeño, en 2007 y se ha convertido en un dirigente todoterreno, que un día elabora un proyecto y al día siguiente se arremanga la camina para ayudar en una obra. Gobierna con mayoría absoluta.
- ¿Pensaba hace diez años que hoy seguiría de Alcalde?
-La verdad es que uno no se plantea estas cosas, pero visto con perspectiva, es una satisfacción, ya que es por el gran apoyo que uno siente en el concejo y eso te da el ánimo para seguir. Te sientes respaldado y cómodo.
- ¿Cómo ha evolucionado Illas en esta década?
-Creo que mucho y es una de las cosas que más me sorprende y satisface. En este tiempo, hubo muchas primeras cosas. Hicimos una apuesta decidida por seguir siendo rurales y es nuestra gran fortaleza, ya que evitamos que entrara la especulación urbanística. Hicimos un plan general que en aquellos momentos fue una innovación y el tiempo nos dio la razón. A partir de ahí, la transformación ha sido muy grande. Illas, dentro de los municipios rurales, tiene una calidad buena en servicios. Se construyeron las primeras viviendas sociales, el centro de día, el consultorio médico, centros sociales, el área recreativa de Sollovio... El concejo hoy es un referente como lugar para vivir.
- ¿Ese plan urbano de 2007 fue un antes y un después?
-Sin duda. No solo eso, recuerdo que cuando iniciamos el plan general nos tachaban de locos y fue significativo que un informativo del mediodía de una cadena de televisión abrió en La Callezuela. Era el momento del auge de Marbella, de todas esas historias del gran desarrollo urbanístico, y había un pequeño municipio en Asturias, de unos locos, que estaban diciendo lo contrario. El tiempo, por desgracia, nos dio la razón.
- Cada vez hay más familias con niños pequeños que residen en Illas, algo poco usual en el ámbito rural.
-Asturias pierde población prácticamente en todos los municipios y, en Illas, la mantenemos. Son muchas familias jóvenes, que construyen su casa, además como primera residencia. Y el resultado lo estamos viendo en el colegio. Tenemos dificultades para atender a la población porque hay una demanda importante. Incluso hay gente de Avilés que trae a los críos a Illas. Este año a algunos les tuvimos que decir que no había plazas. Ese modelo educativo va incrustado en el modelo de desarrollo de Illas.
- ¿Qué les ofrece Illas a esas familias?
-Es un retorno a una escuela más amable, sin agresiones, a una escuela donde todos los niños juegan en igualdad de condiciones: pequeños mayores, niños con dificultades... Juegan y comparten aulas los niños de diferentes edades.
- ¿Cómo es el día a día del alcalde de un pequeño concejo?
-He llegado a la conclusión de que todos los vecinos de Illas tienen mi teléfono (risas). Me llaman en cualquier momento del día o de la noche por cualquier problema que surge. En el Ayuntamiento, hay un continuo flujo de gente que viene y me plantea cosas. También está la confianza de que todos nos conocemos.
- IIlas vive un auge del turismo tras la construcción de las piscinas y por el atractivo del Gorfolí.
-Un elemento que fue fundamental es que Illas estuviera dentro de los grupos de desarrollo rural. Estábamos al margen de lo que en su momento supuso un auge para muchos municipios y nosotros, cuando llegamos, hicimos el esfuerzo de incorporarnos. Eso permitió que los vecinos del concejo apostaran por proyectos vinculados al medio rural porque había importantes ayudas e hizo posible apartamentos rurales, viviendas vacacionales... Las piscinas de Sollovio son un proyecto singular que sirve de elemento que revitaliza. Con el tema del auge de las carreras, rutas, senderismo y demás, todo los días hay gente corriendo, caminando y disfrutando del concejo.
- ¿Qué tiene en mente para los presupuestos de 2018?
-El problema que tenemos en Illas es que tenemos superávit y remanente y la fatídica Ley de Racionalización de la Administración Local nos corta toda posibilidad de inversión. En Illas, con un millón de euros de presupuesto, tenemos unos 300.000 pendientes de utilizar y que nos permitiría hacer cosas pendientes. Esa ley de racionalización, que no es nada racional, nos impide responder a todas las necesidades. Los ayuntamientos estamos cubriendo ante Europa lo que están haciendo mal en las administraciones regionales y centrales. Esas sí incumplen el déficit.
- ¿Qué proyectos no pueden hacer por las limitaciones?
-Muchos. Desde proyectos pequeños de renovación y mejora de parques infantiles a la mejora de caminos y ampliaciones en la red de saneamiento y de agua. Las iremos haciendo poco a poco. Tenemos comprometido por parte del Principado una obra que es importante: un refuerzo en las redes de abastecimiento de agua de Viescas, Trejo y Callezuela con un nuevo depósito y que permitirá suministrar una de las partes del concejo a la que no llegaba la red de Cadasa.
- ¿Cómo es la relación del Principado con los municipios pequeños?
-Nosotros tenemos una buena relación, pero el problema que tenemos es que, debido a los recortes, los planes de cooperación de la Dirección General de Administración Local menguan.
- Uno de los problemas a los que se enfrenta Illas es el lobo, que ha regresado tras décadas.
-Lo que genera la alarma es que llega de repente el lobo y surgen las trabas que desde la Consejería se ponen a los ganaderos, que son unos héroes, para recibir ayudas. Ser ganadero hoy en día es complicado y hay que darles apoyo. No se trata de exterminar al lobo, pero si hay un plan de gestión, que se cumpla. Illas es un concejo declarado libre del lobo y pedimos que se tomen medidas para evitarlo.
- El consorcio para la perrera comarcal va superando escollos, pleno a pleno.
-Es una muy buena noticia. Todos queremos la perrera y ahora hay que buscar una finca que cumpla los requisitos. Aquellas personas que tengan una parcela dentro de los municipios del consorcio, que cumpla con esos requisitos, podrán presentarla. Nadie puede oponerse a que se haga algo en una finca que urbanísticamente cumpla. Sea en Illas, en Castrillón, en Gozón... donde sea. Lo importante es el paso que dimos. El modelo de consorcio es el óptimo porque permite una mejor gestión. La idea es dar un paso más y que no solo haya jaulas, sino que el albergue sea un espacio amable, donde la gente pueda ir, pasear a los perros...
- Usted fue presidente de la Mancomunidad y firme defensor de ese modelo. ¿Echa en falta más proyectos entre concejos?
-Sí. Es una pena que no demos pasos en este sentido. Lo dije muchas veces: la Mancomunidad tendría que ir asumiendo más cosas. Es verdad que tenemos un problema que no es político, sino de la estructura de los concejos de la comarca. Tenemos un gran municipio como Avilés y otro pequeño como Illas y otros dos intermedios que hace difícil buscar ese equilibrio. Avilés tiene prácticamente todos los servicios y no tiene la necesidad de mancomunarlos. Por eso, más que su necesidad, a Avilés habría que pedirle su generosidad... Hay casos, como el del transporte, que tienen fácil solución porque somos un territorio pequeño. Confío en que seamos capaces de compartir muchas más cosas en el futuro.
- Sobre su partido, ¿está a favor de que IU vaya en coalición con otras fuerzas de izquierdas?
-En Asturias fuimos claros. Hubo un referéndum y dijimos que IU no quería renunciar a sus siglas ni a su identidad política. En Asturias estamos implantados, con una oferta política sólida, creíble y que genera confianza en el ciudadano. Somos la segunda fuerza política a nivel municipal y creo que somos un referente importante. Somos conscientes además de que las confluencias no suman de votos. La pérdida que hubo a nivel general indica que las cosas no se hicieron bien. En Asturias y en Illas apostamos por que, en los próximos procesos electorales, IU figure con su propia identidad, independientemente de que luego podamos llegar a acuerdos con otras fuerzas. Pero sin renunciar a IU.
- ¿Optará a la reelección?
-No es un tema que me plantee en este momento. Ni en un sentido ni en otro. Además, no es una decisión personal sino que me debo a mis compañeros de Illas.
