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Concejo De Bildeo | Crónicas Del Municipio Imposible

Lugarín de Santullano

Las medidas adoptadas para frenar la llegada en masa de los residentes en Pigüeces

Lugarín de Santullano

De nuestro corresponsal, Falcatrúas.

Hace poco se celebró en el Prao de Actividades Diversas de Bildeo la feria anual de ganado que toda la vida se llamó Feria de San Simeón y San Tolomeo, los santos patronos del pueblo, pero como ahora hay que eliminar cualquier pinta religiosa de las diferentes actividades de la vida, la han rebautizado como Feria Bolivariana de Ganado Democrático, o Feria Democrática de Ganado Bolivariano, el título es reversible, como aquel famoso palíndromo: "dabale arroz a la zorra el abad", que se lee lo mismo de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Hubo que poner esta gilipollez de nombre para no quedarnos sin subvención. A chufla lo toma la gente y a mí me da pena y me causa un respeto imponente.

Otra feria ganadera muy antigua, la de San Juliano, originó la historia que contamos hoy, un conflicto entre dos pueblos, Santullano y Pigüeces, no muy lejos de Bildeo. Santullano celebraba la feria de ganado mencionada, a la que acudían mesnadas de todas las aldeas de los alrededores, que no eran pocas; ahora quedamos en ellas cuatro gatos, pero en aquellos tiempos, la historia data de 1864, en cada casa había un rebaño gente. Santullano pasaba por ser uno de los pueblos más prósperos de la zona, con seis u ocho comercios que vendían de todo y surtían a centenares de clientes en muchos kilómetros a la redonda; los comerciantes y vecinos en general, para tener contenta a su clientela, invitaban a comer y beber el día de San Juliano, sin reparar en gastos, a todos los visitantes, así fidelizaban entonces a su clientela; ahora tratan de hacer lo mismo con un fin de semana a gastos pagados en un SPA ; bueno, pues para ellos la perrina, pero el sistema de obsequiar a los parroquianos para que entren en tu local ya viene de los abuelos de los fenicios.

Pigüeces era el pueblo más cercano a Santullano y sus habitantes les tenían tomada la medida a sus vecinos hasta el punto de bajar a la feria en masa, no quedaba ni un vejestorio de guardia, y era mucho más lo que comían los visitantes que el provecho que obtenían los comerciantes con semejante horda de tragaldabas. Las malas lenguas afirmaban que no probaban bocado en los quince días previos a la feria, al objeto de acrecentar el saque en el saco del estómago. Tanto gasto les originaban los fartones (comilones) de Pigüeces, que los de Santullano convocaron al conceichu (concejo, consejo, asamblea vecinal), para adoptar las medidas necesarias a fin de que no se repitiera al año siguiente la misma faena de dar de comer y beber sin cuento, so pena de ruina segura.

Se deduce de los versos, escritos a la manera de entonces, que en Santullano tenían que recurrir cada año a un tal Andresón, un comerciante moscón, para que les trajera maíz de Grado a fin de reponer las enormes cantidades de boroña consumida en el evento ferial, pues el maíz era el cereal más utilizado en toda Asturias en tal época. Incluso hablan de votar en la junta: "y si (los representantes de los vecinos) determinan de votos", es decir, si proponen votar (la manera de pagar) y deciden que paguen todos los vecinos, que no se pasen cobrando, que comen como tsobercos, (lobeznos), como hacemos todos. Recuerden que estos versos son de 1864, de autor desconocido y, si se fijan, verán que la costumbre de comer a costa de los demás sigue vigente:

Lugarín de Santullano del año 64;

formaron junta plena, que habían de hacer un trato,

de hacer una escritura pasada por el escribano,

de no dar de comer a la gente de Pigüeces el día de San Juliano,

que nos tienen fastidiado.

Han de subir para arriba como bajan para abajo.

Después, todos a ver a Andresón, que traiga maíz de Grado

que os dé buenas fanegas, que os dé buenos sacados.

Pero allá por San Miguel y la Feria de los Santos,

ya se ven los hombres negros para pagar lo fiado.

Dice el hombre a la mujer: ¡Tú, mucho gastaste este año!

¡Catsa (calla) cuando quisieses, no me andes fastidiando, más gasté el año pasado!

¡Anda, veite p'al conceicho que te han de asentar los cuartos;

ya si determinan de votos, que no me originen más gastos,

que comen como tsobercos, así femos nos este año!

No hay una tanda de versos posterior que nos informe del resultado de las medidas drásticas tomadas por los de Santullano. De aquellos comercios no hay ninguno, solo vecinos. En Pigüeces cada vez hay más venados campando a sus anchas y menos habitantes que los molesten.

Seguiremos informando.

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