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La costera del bonito acumula en Avilés una mejora del 9% a una semana de su fin

La rula subastó desde junio 807.157 kilos y facturó 3,6 millones de euros, un 13 por ciento más que en la floja campaña del año pasado

La costera del bonito acumula en Avilés una mejora del 9% a una semana de su fin

La costera del bonito, que llegará a su fin la próxima semana, arroja buenos resultados en la lonja de Avilés. Y eso pese a que el mes de septiembre no fue tan positivo como anteriores años por las malas condiciones de la mar, que impidieron salir a faenar a los pescadores tanto como les hubiera gustado. Así, en la rula avilesina se vendieron hasta el pasado 30 de septiembre 807.157 kilos de bonitos, un 9 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado. La facturación fue aún mejor, con 3.660.028 euros, casi un 13 por ciento más que en 2016. El balance provisional de 2017 también mejora las cifras de hace dos años, pero no las de 2014, cuando se obtuvieron los mejores resultados de la serie histórica que maneja la Dirección General del Pesca del Principado, que comienza en 2004. Entonces se vendieron 1.200.000 kilos de túnidos.

Los responsables de la lonja avilesina se han mostrado satisfechos durante toda la campaña de los resultados obtenidos, sobre todo por la continuidad en las descargas, lo que a su vez da estabilidad al precio medio del bonito. Según los datos oficiales, en septiembre se rularon en Avilés 94.000 kilos, un 8 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado (120.000 kilos), y se facturaron 355.000 euros, un 9 por ciento menos que en 2016 (389.943 euros).

Ahora, la costera da sus últimos coletazos ya que las embarcaciones tienen que cesar su actividad el próximo 13 de octubre por mandato del Ministerio de Agricultura y Pesca. El Estado estima que la flota española, para entonces, ya habrá consumido el total de la cuota disponible este año: 14.196.452 kilos. Por el momento, ha sobrepasado el 90 por ciento, según comunicó la Dirección General de Ordenación Pesquera. En el Cantábrico hay 470 barcos autorizados para pescar bonitos, uno de los productos estrella del verano.

La nota negativa de la campaña ha vuelto a ser la presencia de barcos arrastreros pelágicos franceses e irlandeses que "arrasan y esquilman", según denuncia la flota asturiana, los cardúmenes de bonito en las aguas comunitarias más cercanas a la costa -a 12 millas- con un arte ilegal en España. Los pescadores españoles llevan años pidiendo el fin de esas "malas artes", pero sin éxito. "Se aprovechan del trabajo que hacemos nosotros. Nos espían a través del radar para saber dónde están los bonitos y, cuando nosotros dormimos o nos vamos de la zona, echan sus redes y acaban con todo. Luego, para colmo, los bonitos que quedan, no pican en la cacea -el arte con aparejo utilizado por los barcos españoles para capturar túnidos junto con el de cebo vivo-", protestan los profesionales del sector.

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