Concluir el saneamiento de Avilés, tras dos décadas de constantes problemas, está un paso más cerca. El Principado autorizó ayer una encomienda a la empresa Tragsa para la ejecución de las obras de acondicionamiento del emisario submarino de Xagó y de la arqueta de salida de la estación depuradora de Maqua. El gasto previsto es de algo más de medio millón (527.111 euros), una cantidad muy pequeña en comparación con el desembolso que se prevé que tenga que realizar la Confederación Hidrográfica a corto plazo. Las obras del emisario submarino de Xagó ya están entregadas al Principado, de ahí que asuma las mejoras, mientras que las del colector de la margen derecha se encuentran aún pendientes de este paso.

Porque la actuación autorizada por el Principado es simplemente una obra "complementaria" a la que tiene que realizar Confederación, pensada para permitir la puesta en marcha del colector industrial y el cese de las quejas de los vecinos por el mal olor de la depuradora. La estimación autonómica es que sólo poner al día la depuradora cueste unos 20 millones de euros, esto es, tanto como costó su construcción. La depuradora donde se tratan las aguas residuales de buena parte de la comarca avilesina comenzó a funcionar en 2004, pero el cambio de la normativa europea cuatro años antes, más exigente con las aguas residuales que se vierten al Cantábrico, hizo que cuando se puso en marcha ya no estaba preparada para cumplir esos nuevos parámetros. Es decir, cuando comenzó a funcionar ya no cumplía los criterios que exigía la directiva comunitaria.

Según informó el Principado, el emisario de Xagó, de casi 3.100 metros de longitud y 1,8 de diámetro, conducirá al mar de forma conjunta las aguas tratadas en la depuradora de Maqua y las que lleguen procedentes del colector de industriales de la ría de Avilés: "La actuación permitirá corregir algunas deficiencias que presenta esta infraestructura, para lo que se reubicarán y mejorarán los equipos eléctricos, se repararán fugas y se sellará el emisario".

Además se automatizará la arqueta de unión de las aguas tratadas en la depuradora y las que llegarán a través del colector de industriales, para dar prioridad a estas últimas en el caso de que el caudal sea demasiado abundante y el colector no de abasto. Para ello, se instalarán caudalímetros y compuertas motorizadas que favorecerán inicialmente la incorporación al emisario de las aguas industriales frente a las tratadas en la depuradora, que podrían verter en la ría en caso de necesidad.

Las obras tienen un plazo de ejecución de dos meses y está previsto que finalicen este año. "Estos trabajos y la inversión que conllevan reflejan el esfuerzo que realiza el Principado para favorecer la puesta en marcha del colector de aguas residuales de origen industrial de la margen derecha de la ría de Avilés", destacó el Gobierno regional mediante un comunicado.

El colector industrial de la margen derecha de la ría es la última pieza del plan de saneamiento del estuario avilesino, que echó a andar en la década de 1990. Se trata de una tubería de unos 16 kilómetros diseñado para conducir hasta el emisario de Xagó las aguas residuales previamente tratadas en las plantas industriales. La infraestructura está formada por una serie de colectores que recogerán los vertidos procedentes de la mayor parte de las fábricas ubicadas en la comarca (Du Pont, Fertiberia, Arcelor-Mittal, Alcoa, las fábricas del polígono de la ría, Asturiana de Zinc, Cristalería e incluso Cogersa), para posteriormente conducirlos a la cabecera del emisario de Xagó, que los expulsará mar adentro. Es en este tramo final del conducto donde Tragsa acometerá las obras de sellado y reparación de fugas.

El esquema del saneamiento se completa con el colector de la margen derecha, en funcionamiento desde hace años, que es el que recoge los residuos domésticos de la ciudad. Tiene varios ramales, tantos como ríos que desembocan en el estuario: el Magdalena, el San Martín, el Tuluergo y el Raíces.