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Un sector en la encrucijada

La jubilación del 40% de los estibadores de Avilés, pendiente del nuevo marco estatal

El colectivo, expectante por los cambios previstos en la sociedad que les da trabajo, aspira a dar el relevo a 19 de los 49 empleados existentes

Estibadores avilesinos, durante una protesta.

Un primer semestre marcado por la alta tensión vivida en el sector, con movilizaciones y huelgas incluidas, dio paso a un verano calmado en el que los estibadores del puerto de Avilés recobraron la normalidad en su trabajo y ahora que ha llegado el otoño vuelven las incertidumbres al colectivo, que en el muelle local está integrado por 49 trabajadores. La fallida negociación del nuevo convenio marco de la estiba, que debió haber quedado cerrada a finales de septiembre, dilata la aplicación en el puerto local de los acuerdos alcanzados en junio y que sirvieron para pacificar los puertos españoles a condición de su desarrollo en meses posteriores. Esa demora tiene en ascuas al 40 por ciento de la plantilla local de estibadores, 19 trabajadores que aspiran a jubilarse y otros tantos que, desde la bolsa de empleo del sector, confían en sustituirlos. De cuajar este plan, la estiba avilesina haría realidad el mayor proceso de rejuvenecimiento de su historia.

El meollo de la negociación venidera en el puerto de Avilés radica en la disposición que vaya a tener la parte empresarial para mantener la actual plantilla de 49 trabajadores. El tira y afloja, según anticipan en medios laborales de la estiba, será cuántos puestos se pierden cuando se aplique en Avilés el nuevo modelo regulador del sector. "El pulso estará centrado en una decena más o menos de trabajadores; nosotros querremos mantenerla y los empresarios cargársela", expuso un veterano estibador consultado por este diario.

La fijación de la cifra óptima de trabajadores de la estiba es sólo una de las decisiones que deben tomar los agentes portuarios locales en los próximos meses. También deben hablar de la forma de materializar el 10 por ciento de ahorro de costes al que se comprometieron los estibadores durante las negociación para poner fin al conflicto del primer semestre; ese ahorro puede conseguirse de varias formas: vía salarial (la más improbable), por reducción de plantilla o por mejora de productividad. "En relación a los salarios, si nos ponemos a hablar puede que nos deben dinero porque llevamos años sin actualizar los sueldos", advierten desde el colectivo estibador.

Como en los demás puertos españoles de interés general, el de Avilés debe disolver la actual Sociedad Anónima de Gestión de Trabajadores Portuarios (Sagep) y constituir un Centro Portuario de Empleo (CPE) que, teóricamente, debería poner fin al actual "monopolio" en la prestación de mano de obra en los muelles; al menos, eso es lo que le exigió la Unión Europea a España -con gravosas multas como medida coercitiva- para respetar las reglas de la competencia.

Desde junio a ahora, nada de la vieja mecánica de la operativa portuaria ha cambiado en los muelles de Avilés: la Sagep sigue funcionando, las empresas sieguen perteneciendo a la misma, los estibadores son reclutados a la antigua usanza y en las mismas condiciones y las tarifas no han cambiado. "Estamos en un periodo de transición hacia el futuro modelo, pero nadie sabe todavía cómo va a quedar la cosa", comentó un empresario consultado sobre el proceso de constitución de los nuevos centros portuarios de empleo.

En lo que coinciden todos los implicados en el funcionamiento del puerto de Avilés es en que el verano fue un periodo de "calma chicha" laboral y en que los rendimientos de la estiba están dentro de la normalidad.

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