La psicóloga Marisol Delgado, colaboradora habitual de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, da en este artículo consejos para ayudar a personas que sufren depresión. Según la especialista, hay "cinco cosas" que nunca se le deben decir a alguien con este trastorno. Este es el resumen de sus recomendaciones. Nunca hay que decir...

1. "Tú lo que tienes que hacer es salir más". Y creeremos que descubrimos la pólvora con esta frase. Pues claro que tiene que salir más, ya lo sabe, pero no de cualquier forma, ni bajo presión, pues lograremos un efecto contrario al que queremos conseguir: que se afiance mucho más en la idea de que no es capaz y no puede.

2. "Si estás así es porque no pones mucho de tu parte". Es entendible la impotencia y frustración de las personas allegadas, pero eso no justifica que lancen tan alegremente este tipo de juicios de valor. Primero, porque no es cierto, salir de una depresión no es sólo tener fuerza de voluntad (ojalá); segundo, porque quien tiene depresión tiene una imagen tan pobre de sí mismo/a que se va a adjudicar todo lo que le digan y termina creyendo que sí, que no pone de su parte, lo que empeora la depresión.

3. "Si lo tienes todo, cómo es que tienes depresión". Permítanme que les diga que perder algo o a alguien supone un duelo, un proceso de asimilación y adaptación triste y doloroso, pero no necesariamente una depresión en la mayoría de los casos. Esta frase sólo consigue que la persona con depresión se sienta tremendamente culpable, con lo cual, aumenta su desesperanza y su desmotivación.

4. "Yo también estuve el mes pasado depre y ahora estoy mejor". Otro error muy común es confundir un bajón temporal, un decaimiento que a todo el mundo le ocurre de cuando en cuando, con una depresión. Se ha banalizado tanto el término que, cuando alguien está de verdad deprimido/a, le quitamos importancia, con lo que aumentamos su sensación de vacío, de indefensión, de soledad.

5. "Hay que ser más positivo/a". Ay, pero qué bien se nos da dar consejos? Quien está con depresión tiene una "visión de túnel" que el terapeuta Aaron Beck denomina la tríada cognitiva, en la que hay una visión negativa de uno/a mismo/a, del mundo y del futuro. Habrá que trabajar todo esto para que la persona pueda pensar más en positivo ¿no creen?

Mejor tengamos en cuenta cómo podemos ayudar de forma eficaz:

- Entendiendo que una depresión es un trastorno mental que inmoviliza y cambia a la persona que lo sufre. Su apatía, su pesimismo y sus cambios de humor, no están bajo su control voluntario, son parte de la enfermedad y va a llevar un tiempo y un proceso ir modificándolo.

- Intentando no imponerle lo que tiene que hacer, ni soltarle sermones, eso suele provocar en la persona deprimida más sentimiento de culpa por no poder hacerlo.

- Sabiendo que el proceso de recuperación no va a ser siempre igual. Va a haber períodos de mejoría con pequeños bajones y pasos atrás.

- Proponiendo actividades, pero cuidando que no sean muy complicadas ni que exijan mucho esfuerzo y que sean agradables para la persona deprimida. Si se niega, insistir un par de veces con un tono relajado y medio en broma. Y si continúa negándose, dejarlo para otro momento.

- Cuando se esté haciendo la actividad conjuntamente, no agobiar preguntando cómo está y reforzarle por haberlo intentado.

- Alentando hasta la más pequeña mejoría. Cada vez que sonría, mire a la cara, tome la iniciativa para algo, se esfuerce en comer, participe en conversaciones, etc, aunque parezca una tontería, no lo es, hay que hacerle saber a la persona con depresión que se valora su esfuerzo.

Desde luego que no es sencillo ni rápido, pero de la depresión, de cualquier tipo de depresión, incluso de las más severas, se puede salir. La persona que la padece es la principal responsable de su recuperación, pero si podemos ayudar y contribuir a que vea una luz al final del túnel seguro que todos saldremos ganando.