La explotación familiar de Roberto Suárez en la localidad illense de Las Cabañas es pequeña y, desde anoche, lo es aún más. Amaneció ayer con cinco ovejas muertas a dentelladas, más de la mitad. La loba de Rozaflor anda ya a "escasos cuatro kilómetros del barrio de La Magdalena", destacó Suárez.

"Las ovejas las tenemos dentro de un cerco que, encima, está a escasos diez metros de la puerta de mi casa", se lamentó el ganadero, que es copropietario de la explotación. "Nunca nos había pasado cosa igual", añadió. Los ataques de la loba en Illas comenzaron a mediados del pasado mes de junio. Las principales incursiones tuvieron lugar en las localidades de Rozaflor y La Peral, pero también en Friera y, antes de anoche, en Las Cabañas. "Las mató, pero no las comió", explicó Suárez.