La Federación de Industria de la Unión Sindical Obrera (FI-USO) mostró ayer prudencia en relación a la nueva convocatoria de subasta eléctrica de interrumpibilidad que se celebrará en Valladolid en la semana del 18 al 22 de diciembre y que afecta a todas las grandes factorías electrointensivas asentadas en Asturias, pero muy especialmente a la planta avilesina de la aluminera Alcoa, que siempre ha amenazado la estabilidad del empleo ligándola a los resultados de esa subasta.

Los responsables de FI-USO, manifestaron su "desacuerdo con el modelo de subasta eléctrica que se ha venido desarrollando en los últimos años y que, por su cortoplacismo, no sólo pone a plantillas enteras a los pies de los caballos año a año, sino que impide, desde el punto de vista empresarial, una inversión a largo plazo que proporcione estabilidad laboral y, a su vez, permita también desarrollar un plan de futuro que pueda revertir en una mayor creación de puestos de trabajo".

En el caso de la presente convocatoria, a FI-USO Asturias le preocupa especialmente que, por la poca oferta, "la planta de Alcoa en Avilés pueda quedarse sin opciones a conseguir un bloque de 90 megavatios". Por otro lado, "la situación actual de cara a los presupuestos de 2018 indica que esta subasta para cinco meses puede ser un mal menor que permita negociar a mitad del próximo año un cambio en el modelo".