Tania González, avilesina, entró hace tres años y medio en política por la puerta grande. Ella es una de las eurodiputadas de Podemos, y acaba de defender y sacar adelante un proyecto piloto que busca beneficiar a las empleadas domésticas. Formó parte de la primera ejecutiva del partido, la surgida tras el congreso de Vistalegre I.
- ¿Qué balance hace de esos tres años y medio en el Parlamento Europeo?
-Hemos aprendido muchísimo. Llegamos al Parlamento con la convicción de que iba a ser una maquinaria burocrática inmensa y lo corroboramos. Llegamos con la firme voluntad de abrir ventanas y puertas y contar lo que estaba pasando, y de llevar a la institución lo que estaba pasando en nuestro país. Y lo hemos conseguido, se ha hablado mucho más de Europa y hemos llevado al Parlamento muchísimos caso de situaciones graves.
- ¿Le ve utilidad a la institución?
-Claro, se pueden hacer muchísimo, aunque no tenemos iniciativa legislativa.
- ¿Cree que los ciudadanos son conscientes de ese papel?
-Como institución quizá quede un poco lejos. Pero la gente es cada vez más consciente de lo que significa Europa. Y en los últimos años la dirección que están tomando las políticas europeas dirigidas al desmantelamiento de servicios públicos o la degradación condiciones laborales y derechos sociales están preocupando a mucha gente. Este es un proyecto que tiene que basarse en construir más democracia y distribución de la riqueza y en los últimos años no está siendo así. Esperamos que se reconduzca y sirva para lo que fue creada.
- Y no haya más "Brexit"...
-Sí, Inglaterra es lo más ejemplar de lo que unas malas políticas en Europa pueden convertirse en desafección social hacia el proyecto europeo. Europa tiene que seducir, ser un espacio del que todo el mundo quiera formar parte y solucionar los problemas de la gente.
- Acaba de sacar adelante un proyecto piloto.
-Los proyectos piloto son una herramienta muy útil: propuestas de nuevas líneas de financiación experimentales. En este caso está dotada con 700.000 euros, que para la UE no es gran cantidad, pero que después puede consolidarse con mayor financiación. Presentamos varios proyectos, pero el que salió adelante es para dignificar a las trabajadoras domésticas. Son uno de los colectivos laborales más precarios, donde existe aún un porcentaje muy elevado de economía sumergida.
- ¿En qué consiste?
-El proyecto contiene dos propuestas. Una tiene que ver con el cheque servicio, para implementarlo en países que no lo usan. Los contratadores adquieren esos cheques, que es con lo que luego pagan a las trabajadoras, e incluye los gastos de regulación de la empleada. Facilita mucho los trámites y garantiza que se cumpla lo establecido. Y la otra medida, fomentar las cooperativas de trabajadoras para que puedan organizarse, defender sus derechos y tener condiciones de trabajo más favorables. Con el proyecto piloto se fomentará la puesta en marcha de estas iniciativas. En el caso de España a nivel estatal tenemos muchas carencias con el trabajo doméstico. Las trabajadoras no tienen prestación por desempleo porque en sus cotizaciones no se incluyen las contingencias profesionales. Es algo inaudito. Queda un largo camino.
- Es un sector claramente feminizado.
-Más del 80 por ciento de las trabajadoras son mujeres. Y muchas emigrantes. Es una doble debilidad, por decirlo de alguna manera. Y hay algunas que están en estado de semiesclavitud. El tema más delicado es el de las inspecciones laborales, es lo que más polémica genera. Me gusta el ejemplo de Uruguay. Se hacen de forma aleatoria y a la puerta de la casa, para no invadir el espacio privado de nadie.
- Las mujeres han sido protagonistas en el Parlamento Europeo, con una campaña contra el acoso sexual.
-Me parece una campaña que era muy necesaria. Ha habido muchas denuncias por eurodiputados que cometen acoso sexual contra trabajadoras suyas, que callan porque tienen miedo a perder el trabajo? Que un representante público se dedique a hacer violencia contra las mujeres es algo que no se puede consentir.
- Los políticos suelen decir que el primer mandato se queda corto. ¿Le gustaría repetir?
-Bueno, de momento queda tiempo para pensarlo, año y medio. Estoy concentrada en los retos que tenemos para esta legislatura. Lo que me importa es terminar habiendo cumplido una buena parte de los propósitos con los que llegué.
- Sabe que su nombre suena como candidata a la Alcaldía de Avilés.
-Queda un año y medio para ambas cosas. Y todavía hay que pensarlo. Las candidaturas son proyectos participativos, democráticos, donde lo que importa es que haya mucha gente implicada, participando para cambiar nuestra ciudad, Asturias y España.
- ¿Cómo valora el papel de Somos en el Ayuntamiento?
-Está siendo la oposición y está ofreciendo un proyecto alternativo de ciudad, por no decir un proyecto de ciudad, que es lo que no tiene el gobierno local. Somos es quien está haciendo ese trabajo de tratar de construir una ciudad más amable para sus habitantes.
- ¿Y el partido? ¿Se desinfló tras el entusiasmo inicial?
-No creo que le falte fuerza. No somos profesionales de la política, muchas veces la gente no le puede dedicar tiempo. Nos estamos continuamente reinventando para poder participar. Se propuso ahora la fórmula del plenario, que está funcionando muy bien. Cualquier persona que se sienta involucrada pueda asistir a las reuniones para aportar su visión.
- Está pendiente el debate sobre la confluencia de izquierdas.
-Sí. Se irá dilucidando a medida que vayan pasando acontecimientos. La confluencia tiene que ser social y ciudadana.
- ¿Sin cuotas de partidos?
-Lo ideal es la candidatura sin pensar en siglas.
- Se habla últimamente de las purgas de Pablo Iglesias, y de que usted es una de las damnificadas.
-Hubo un proceso asambleario, Vistalegre II. Quien quiso participar participó y después seguimos siendo una misma organización con unos mismos objetivos. Que no estoy en la ejecutiva? no hay ningún problema. En Podemos siempre ha existido el debate interno, es una de nuestras señas de identidad.
- ¿Cómo cree que afectará el posicionamiento de Podemos respecto al conflicto catalán?
-Seguimos fieles a plantear un proceso donde tanto los catalanes como el resto de los españoles puedan construir un modelo de país en el que se sientan conformes. La salidas unilaterales no son la solución. Ni la de la independencia ni la de aplicar la fuerza, como hizo el gobierno de Rajoy. O de aplicar el 155.
