La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nace "Fumañeda", un colectivo de Santolaya para divulgar la historia del concejo

Tras vencer en el concurso de calabazas, el grupo formado por tres mujeres prepara una charla sobre Alfonso Camín y Luanco

Erika Álvarez, Ana Expósito y Mónica Alonso posan en Susacasa, en la parroquia de Santolaya. R. SOLÍS

Erika Álvarez, Mónica Alonso y Ana Expósito son tres enamoradas de su concejo, de su historia y tradiciones. Por ello han constituido una asociación cultural denominada "Fumañeda", un manantial con abrevadero y lavadero incluidos que el colectivo pretende recuperar. Ese acuífero está ubicado en Santolaya, parroquia en la que se asienta el colectivo, que pese a todo pretende abarcar todo el concejo.

La asociación nació el pasado verano y su primera acción fue su participación en el concurso de calabazas en la víspera de Todos los Santos. Ganaron con una historia medieval de Santolaya, una historia de amor de 1135 en la que un pescador de nombre Pedro Domínguez se enamora de una sierva sin apellido, Eulalia. Domínguez decidió renunciar a su libertad para contraer matrimonio con su enamorada. Ese relato aportado por el historiador Iván Muñiz ha abierto puertas a "Fumañeda" para seguir investigando sobre el pasado del concejo.

"Queremos organizar actividades y recuperar tradiciones olvidadas en el concejo; la primera charla que tenemos prevista será una conferencia sobre Alfonso Camín, que tiene un poema dedicado a Luanco y correrá a cargo de Alida Hevia, una mujer que conoció al autor", destacó Erika Álvarez.

El colectivo destaca la importancia de la historia del concejo para conocerlo mejor. "Queremos dar a conocer lugares de Santolaya, primero, como el barrio de Colandrero. La parroquia es un núcleo disperso en el que vinieron a vivir personas de fuera y tienen que saber que aquí se hallan vestigios del románico en el pórtico de la iglesia", señala Álvarez, que incide además que la pila bautismal del templo actual tiene más de mil años. "Cabe destacar además que la antigua iglesia de Santolaya estaba en El Revirón, con su cementerio anexo, en el que están enterrados los antepasados de nuestros vecinos", explica Álvarez, que tiene muy claro que "es importantísimo que el pueblo conozca el lugar en el que vive y con la programación de actividades".

Con estos mimbres, "Fumañeda" comienza a dar sus primeros pasos para divulgar y poner encima de la mesa relatos olvidados por el paso del tiempo. La primera pieza del puzle ya está colocada, que no es otra más que la historia de los enamorados de Santolaya en 1135. "Son nuestro Romeo y nuestra Julieta", bromea la inquieta Erika Álvarez.

Compartir el artículo

stats