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La denuncia por espionaje del fundador de Melca contra su familia, archivada

El detective reconoce que "realizó sus funciones, pero sin interactuar ni hostigar", a José Luis García Arias

José Luis García Arias. M. VILLAMUZA

La denuncia "por supuestas coacciones y hostigamiento" que el industrial José Luis García Arias interpuso a un detective privado que le estuvo vigilando en los meses posteriores a perder el control del grupo industrial que había fundado ha sido archivada "al no haber quedado justificada la perpetración del delito". En el auto de sobreseimiento provisional se dice que García Arias sospechaba que quien le seguía y le hacía fotos era "una persona contratada por su entorno familiar". El detective declaró al juez que "le contrataron para colaborar con otro despacho, y que se limitó a realizar sus funciones profesionales sin interactuar con el denunciante, ni hostigarle de ninguna manera".

El juez rechaza la "existencia de una situación dehostigamiento con vehículos" porque considera que la "sola versión del denunciante" no es suficiente para probar el delito. Las otras acciones que García Arias relacionó en su denuncia también fueron rechazadas por el juez. El magistrado escribe: "Resulta que nos hallamos simplemente ante el desarrollo de una actividad lícita durante un tiempo concreto y limitado de tiempo" en el marco de la Ley de Seguridad Privada, la que ampara a los vigilantes y también a los detectives. García Arias declaró ayer a LA NUEVA ESPAÑA: "Puede que sea una actividad lícita, pero no deja de estar feo".

El auto de sobreseimiento provisional es el que dictan los jueces cuando ven la posibilidad de que los hechos denunciados puedan ser probados próximamente. En la práctica, sin embargo, supone el archivo de la denuncia. En el caso de García Arias fue porque descubrió que estaba siendo fotografiado y que, pese a ello, "no ha cambiado de hábitos de vida".

La crisis en el Grupo Melca estalló en mayo del año pasado y se acrecentó en pleno verano. La familia propietaria del conglomerado de empresas se dividió en dos. José Luis García Arias fue defenestrado de la cúspide del Grupo Melca cuando su exmujer y dos de sus hijos -Daniel y Elena- sumaron sus respectivas participaciones accionariales en Cartera de Inversiones Melca con el fin de tomar el poder en la compañía matriz de más de una decena de empresas dedicadas a negocios tan dispares como la sanidad, la hotelería o los servicios inmobiliarios.

El primer paso del cambio de gestión en Melca fue el nombramiento de Daniel García -el tercer hijo de García Arias- como liquidador de la sociedad y administrador de alguna de sus filiales. La hermana de Daniel García es administradora de otras filiales de Cartera de Inversiones en Liquidación y actualmente está siendo investigada por un juez de Avilés como presunta autora de un delito de estafa a una socia. Las relaciones entre los socios de Melca se dirimen desde hace más de un año en los juzgados.

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