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La Vallina educa al aire libre

El colegio luanquín reorganizará su patio de recreo para evitar la segregación de compañeros y trabaja en los proyectos de huerta ecológica y reciclaje

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Colegio La Vallina de Luanco.

El colegio luanquín de La Vallina quiere ser un espacio abierto e inclusivo. Por ello, este año buscará el apoyo de padres y asociaciones locales para remodelar su patio de recreo y facilitar actividades que agrupen a todos los niños. "Queremos que el recreo deje de ser un espacio para jugar al fútbol y comer el pincho. Vamos a repintarlo todo, sacar los libros de la biblioteca y organizar juegos más inclusivos que no segreguen a ningún alumno", resume su director, Francisco Roso.

A comienzo de curso, el centro escoge un tema que unifique sus doce proyectos docentes en activo. "Teniendo en cuenta que contamos con 365 alumnos y 32 profes, andamos algo justos de personal. Pero siempre sacamos los proyectos adelante. Al final, muchos trabajamos en horario extraescolar o desde casa. Tenemos una plantilla muy implicada, es una suerte", explica Roso. Este año, el tema educativo central es la mar. "Lo hemos llamado 'La mar de historias' y estará presente en todas las actividades. Los niños se vestirán de sirenita o de Jacques Cousteau en carnaval y escribirán cuentos sobre marineros en la semana cultural de abril", asegura. El tema del curso pasado fueron las fábulas y la mitología. "Siempre buscamos algún aspecto relacionado con Luanco. Los niños aprenden mejor si se les aplican los conceptos a su entorno más cercano", apunta.

Relacionado con este concepto de enseñanza cercana, el huerto instalado en la finca del patio desde hace cinco cursos es un "pilar fundamental" para La Vallina, según Roso. "Este Halloween hemos plantado nuestras propias calabazas y acabamos de plantar rabizas y pimientos rojos. Los niños aprovechan la clase de Naturales para venir aquí porque, al final, para ellos es más entretenido aprender las partes de las plantas viendo con sus propios ojos cómo crece cada especie", apunta. Los responsables del huerto son los profesores Luis López, de Educación Física, y Mario Quevedo, que enseña Inglés. "Estamos pensando en plantar o comprar robles y castaños, árboles de la zona, y buscar a algún colegio del occidente afectado por los incendios de hace unas semanas", propone López, que cuenta ya con el apoyo del Quevedo y su director. "Los niños descubrirían las especies autóctonas y, a la vez, se volverían conscientes del drama del fuego en la región", explica.

El proyecto del huerto lo complementa el de reciclaje, una actividad promovida por Cogersa y presente en la mayoría de centros asturianos. "Los niños, por iniciativa propia, elaboran sus propios disfraces con materiales reciclados y separan residuos con toda normalidad. Cogersa nos premió el año pasado por destacar sobre el resto de coles", resume Soledad Sánchez, responsable del proyecto. Esta autonomía de los alumnos está también presente en las aulas: los mayores organizan el préstamo de libros de sus compañeros y los de Infantil, empiezan a dejar poco a poco los libros de texto. "Muchos centros están apostando por las unidades de investigación. Es una forma de aprender más dinámica que los libros tradicionales. Los profesores elaboran fichas y material propio cada curso", explica Roso.

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