Los kiwis que brotan en la isla de Arcubín, casi en la desembocadura del Nalón, a la altura de Soto del Barco, se degustarán este año hasta en Arabia Saudí, Sudáfrica y Alemania. Son los nuevos mercados que han conseguido abrir los responsables de la empresa "Kiwis La Isla", que cada año produce entre 750 y 800 toneladas. De Asturias salen cada año entre 5.000 y 6.000 toneladas de las diferentes producciones.

"Mi padre, Manuel Olivo, fue un visionario. Empezó con la isla en 1983 y, entonces, lo tachaban de loco. Pues mira, ahora hay peleas por las fincas porque la franja del Nalón reúne las condiciones idóneas para producir kiwis. Y es que no vale cualquier terreno para plantar kiwis: tiene que estar al lado de un río, en suelo franco arenoso, rico en sedimentos de río", desvela Juan Olivo, gerente de la explotación sotobarquense.

Ahora tienen, sobre todo, clientes nacionales e internacionales. En Asturias, poco. "Lo que valora el mercado son los kiwis perfectamente ovalados y del mismo tamaño, e incluso que la piel tenga un color verde porque eso quiere decir que no tiene golpes de sol", explica Olivo. El gerente de "La isla" asegura también que el futuro pasa por el producto ecológico. Ellos, por el momento, ya no utilizan productos fitosanitarios.

Con el inicio de la cosecha llegan días estresantes. En Forcinas, entre ocho y nueve operarios trabajan en cada fila de plantas en un trabajo coordinado: unos recogen el fruto y los depositan en cubos con cuidado para no estropear las piezas, otros recogen los calderos y basculan la fruta en las cajas que portan los tractores. La fruta se transporta a la sede, donde se selecciona (se desechan las piezas que tienen el más mínimo defecto) y clasifica por calibre y se almacena en cámaras frigoríficas hasta la distribución.

En la isla de Soto del Barco trabajan 36 personas en la recogida, divididos en dos grupos con dos tractores en cada uno de ellos -de media, a lo largo del año, están contratadas una veintena-. Tardan unos doce días en recoger la producción de las 22,5 hectáreas plantadas, de las 25 que ocupa la privilegiada finca en medio del río Nalón. Así que la previsión es que a finales de la semana que viene, las plantas ya estén libres de fruto. La fecha de recolección no es baladí: es el momento en el que el kiwi tiene los niveles óptimos de azúcar.

"Esta producción la empezamos a comercializar ahora y durará hasta mayo o junio del año que viene. A partir del 1 de diciembre, ya estarán en el mercado", explica Olivo. La clave para poder alargar tanto la comercialización es tener las infraestructuras adecuadas. La empresa "La Isla", además de instalaciones junto a la plantación cuenta con una nave en La Rozona (Corvera).

Y una vez que ya no haya kiwis en la planta, volverá a comenzar todo el proceso para que el año que viene, haya una nueva "cosechona". Limpiar las parcelas, polinizar y esperar que el tiempo sea el más benévolo posible con las necesidades de un fruto privilegiado que no deja de dar alegrías a la agricultura asturiana.