Silencio, emoción y abrazos de consuelo en el último adiós, ayer en Trevías (Valdés), a José Manuel Calvo Cano, el jubilado de 70 años que falleció al ser atropellado el pasado lunes en el paso de peatones situado en frente de la gasolinera de Cristalería. Nadie se podía creer la muerte de este transportista jubilado, vecino de Raíces Nuevo y natural de Silvamayor, en un desafortunado episodio en una carretera. "Es una desgracia", coincidieron amigos, vecinos y compañeros de la víctima, que no quisieron faltar a la cita para despedirse de "un hombre afable y tranquilo".

La iglesia de Trevías se llenó para el funeral, al que acudieron, además de familiares y amigos, tanto de Valdés como de Raíces Nuevo, sus compañeros en la empresa de transportes donde trabajó durante años. "Venía mucho por la zona, sobre todo, a ver a su familia. Nació y creció en Silvamayor", apuntó uno de sus vecinos. "Era un hombre muy atento", prosiguió.

El sacerdote que ofició el funeral no dejó pasar el "aparente sin sentido" de que una persona "que ha pasado toda su vida conduciendo la pierda en un desgraciado accidente con un camión en un paso de peatones". "No se puede afrontar desde la razón, no se le puede encontrar una fácil explicación. La respuesta está en la fe", apuntó el religioso.

José Manuel Calvo falleció al sufrir "graves lesiones traumáticas en todo el lado derecho del cuerpo" cuando un camión lo golpeó, derribó y arrastró cuando se encontraba cruzando un paso de peatones. Según varios testigos, el conductor cedió el paso al peatón, pero al emprender la marcha le golpeó en un brazo y lo hizo caer, arrollándolo sin darse cuenta hasta el trágico final.