"Bueno, mi gente, se acerca el gran día esperado para todos los latinos, para todos los asturianos. Aquí, en Asturias, en la sala Albéniz. Solo una cita con el salsero de moda: Yiyo Sarante. Así que no te quedes. Dale para allá". Con estas palabras, Daniel Darío Capellán Castillo calentaba el martes pasado las redes sociales para una fiesta que tenía que haber sido grande y no el prólogo de su muerte, como finalmente sucedió ayer. Y es que Capellán murió por dos puñaladas en el corazón infligidas presuntamente por E. N. G. U. en las puertas de un bar del Cruce de Llaranes, al final de una noche que había vivido con intensidad a la luz de otros vídeos que colgó en las redes sociales que administraba.

Pasadas las ocho menos cuarto de la mañana de ayer dos coches pararon delante del bar El Milenio, en Llaranes, y se bajaron de ellos en torno a una decena de personas. Accedieron al local y comenzó la pelea que devino en muerte violenta.

Los testigos señalaron un muy característico "chaleco de color azul" que lució en el Albéniz durante la noche que estaba preparada sólo para bailar. Con ese chaleco se fotografió con amigos en la mesa supervip de la sala (50 euros la entrada) y también preparando la celebración, como se ve en la foto que acompaña esta información. Capellán Castillo se colocó en primera fila para no perder ni una sola nota de las canciones de su ídolo, un músico que actualmente promociona su primer disco de boleros: "Gold", una publicación de la que, según se lee en la prensa antillana ha tirado más de 10.000 ejemplares que han ido a parar a "las estaciones de radio, canales de televisión, discotecas y a djs". Serante tiene una carrera corta -apenas seis años-, pero con una proyección desbordante. Su presencia fue buena prueba de ello.

Capellán Castillo y otros socios fueron los encargados de traer a España al "Abusador de la Salsa", un hombre que se subió al escenario del Albéniz acompañado por una sección de viento y otra de percusión, vestido de blanco, con la barba recortada como un hacha y sin parar de mover su cuerpo y moviendo el de todos los que no perdieron ni una de las notas que sonaron en la noche última en el mundo de un dominicano que montó una asociación en Avilés para que sus compatriotas más jóvenes no se perdieran en el maremagnum de lo peor de todo. ¿Qué sucedió en Gijón que solucionó a puñaladas en Avilés? La Policía Nacional, a órdenes del juez de guardia, trata de encontrar la mecha que lo incendió todo y que llevó a Daniel Capellán a la muerte, con el corazón partido, con hijos a este y al otro lado del Atlántico. La fiesta más esperada fue la última para él. Su presunto agresor al cierre de esta edición, seguía en busca y captura. Con la Policía pisándole los talones.