"Intentaron llevarse hasta la máquina de bolas". Yolanda Romería, propietaria de un pequeño bar de la calle Rubén Darío, en Las Vegas, se mostraba ayer así de perpleja ante el "modus operandi" de los ladrones que atracaron su establecimiento en la madrugada del pasado sábado al domingo. Los cacos se colaron por un hueco diminuto en la parte baja de la puerta y, no conformes con la recaudación de la tragaperras, intentaron forzar una pequeña máquina dispensadora de bolas de juguete. Su hazaña, además, coincidió con una avería puntual en las cámaras de seguridad del bar. "No va a haber forma de cogerlos", lamenta.
Las autoridades locales le dieron el aviso a las 7.30 horas del sábado. Los ladrones, en vez de reventar el gran escaparate de uno de los laterales, quebraron la parte inferior de la puerta principal, dejando un hueco de apenas 30 centímetros de altura. Una vez dentro, además de la tragaperras intentaron forzar -sin éxito- una máquina dispensadora de bolas de juguete. "Llevo cosa de un año con el bar, es la primera vez que entran, justo cuando se me había estropeado el sistema de seguridad del bar", lamenta la propietaria. Algunos testigos aseguran haber visto a cuatro varones huir de la zona en la misma franja horaria en la que se cometió el robo.
