Un residente del pueblo de Molleda de Arriba falleció este domingo aplastado por el vehículo que trataba de reparar en el patio trasero de su vivienda. Pese a que su hijo pidió ayuda a los vecinos y a que dos agentes de la Guardia Civil y varios bomberos se trasladaron rápidamente a la zona del accidente, cuando lograron elevar el coche, el hombre ya había perdido la vida. Se trata de un toledano de 51 años que vivía en el concejo desde hace dos de alquiler.

Según la Guardia Civil, J. L. B. V. se encontraba en el patio trasero de la vivienda realizando tareas de reparación o mantenimiento bajo su vehículo cuando, por accidente, se le desplomó encima. Tras recibir el aviso a las 15.20 horas, dos agentes se desplazaron a la zona. Con la ayuda de los bomberos, elevaron de nuevo el automóvil, pero los servicios sanitarios no pudieron reanimar al accidentado. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Asturias, en Oviedo, para la autopsia.

El hijo del fallecido acudió también a pedir ayuda a su vecino de enfrente, Jesús Sabino. "El chaval, que tendrá 12 años, vino diciendo que por favor le ayudase, que a su padre le había aplastado el coche. Salí corriendo, pero cuando llegué ya había dos agentes de la Guardia Civil. Uno de ellos estaba intentando calmar a la madre, que estaba muy afectada. El otro agente esperaba a los bomberos, que llegaron también muy rápido", explica. "Yo me ofrecí, sin saber muy bien qué hacer, a ayudar a levantar el coche, que seguía aplastando al hombre y le llegaba así como a la altura del pecho. Los bomberos lo retiraron con un gato elevador, pero nada: el señor ya se había asfixiado", añade.

Según los vecinos, el varón, que residía en el barrio de El Pino junto a su mujer y su hijo, era toledano. "Aquí viven varias familias de fuera que no conocemos. Seguro que nos lo cruzamos varias veces, pero cuando vimos pasar a los bomberos y se empezó a rumorear lo que había pasado, nadie le ponía cara al hombre. Seguimos sin saber ni cómo se llamaba", explica María López, que regenta el bar del pueblo. La familia residía en régimen de alquiler en la vivienda número 12 del barrio, una de las partes más altas de Molleda. Según los propietarios de la casa, la familia del inquilino se había mudado al concejo hace unos dos años.