La instalación de los sistemas de cuantificación de desbordamientos mediante teleavisadores en los nuevos aliviaderos de la red de saneamiento de Pillarno y Quiloño, paso previo a la apertura de los plazos para que los vecinos puedan solicitar los enganches a sus viviendas, estará listo en un mes, según señaló ayer el concejal de Medio Ambiente de Castrillón, José Luis Garrido (IU).

"La instalación la acomete Aqualia (la empresa que gestiona el servicio municipal de aguas) porque los sistemas es una de las peticiones de la Confederación Hidrográfica", explicó el edil. "La instalación se tramitó por urgencia y está previsto que concluya el próximo día 6. El coste es de 24.000 euros. Después, pondremos bandos por los núcleos de Pillarno y Quiloño para que los vecinos que estén en situación de poder engancharse al saneamiento lo soliciten", indicó Garrido.

Solo podrán engancharse al saneamiento los vecinos que tengan las tuberías cerca. Otros deberán desembolsar bastante dinero para llegar desde sus casas a las tuberías más cercanas que pueden estar a muchos metros de distancia. Y otras viviendas de ambas parroquias no estaba incluidas en el proyecto.

La primera fase del saneamiento de Pillarno y Quiloño se adjudicó en 2010 por un coste que rondó los siete millones de euros. Se construyó un colector general entre Moire y las inmediaciones de Piedras Blancas de 6,6 kilómetros de longitud, así como varios ramales secundarios en Moire, La Cangueta y Las Bárzanas que suman otros cuatro kilómetros de tubería. El Principado adjudicó en 2014 otra fase del saneamiento para ejecutar nuevos tramos de la red secundaria en La Braña, Tresvalles, Romadorio, La Ramera, Llodares y San Miguel de Quiloño con un presupuesto de 1,2 millones de euros. El Principado dio por concluidas las obras hace un año.