La anchoa está siendo un buen ejemplo de que vedar una pesquería puede dar buenos resultados. La campaña científica Juvena estima una biomasa de juveniles de anchoa de unas 725.000 toneladas en el golfo de Vizcaya, el valor más alto de la serie histórica, que comenzó en 2003. "La estimación, ligeramente superior a la del 2014, año en que se situó en 724.000 toneladas, pronostica un reclutamiento alto para el año que viene y confirma el buen estado del recurso tras su recuperación después del colapso que motivó su cierre a principios del siglo XXI", explican desde el instituto Azti, que lideró la campaña, financiada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, el Instituto Español de Oceanografía, el Gobierno vasco y la Unión Europea.

La campaña Juvena tiene como objetivo determinar la abundancia y distribución espacial de los juveniles de anchoa, estudiar su estado y analizar los factores ambientales que pueden afectar su supervivencia, todo ello orientado a predecir la cantidad de biomasa que alcanzará la edad adulta el año próximo de cara a la pesca comercial. Los científicos han localizado el bocarte, principalmente, fuera de la plataforma continental y su tamaño medio es de unos seis centímetros y medio.

Los datos recabados permiten efectuar recomendaciones a las autoridades pesqueras sobre la total Admisible de Capturas (TAC) de anchoa para la próxima temporada. Ante los buenos resultados, la previsión es que la cuota para 2018 sea similar a la de esta campaña (33.000 toneladas). Juvena se complementa con la denominada Bioman, que también realiza el instituto Azti, que calcula la biomasa reproductora de anchoa en primavera en el golfo de Vizcaya por el método de la producción diaria de huevos. La evaluación final del estado del stock de la anchoa será realizada por el Consejo Internacional del Mar (ICES).