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Un "inolvidable" viaje contra la leucemia

El illense Iván González regresa a Avilés tras llegar a Marbella para reunirse con la familia de Pablo Ráez: "Su padre me regaló una medalla"

Iván González, a la izquierda, con el padre de Pablo Ráez a su llegada a Marbella. | EDU FRANCÉS

El illense Iván González ya descansa en casa después de haber recorrido, a pie y en bicicleta, los más de mil kilómetros que separan Avilés y Marbella. Y todo por una buena causa: visibilizar la enfermedad de la leucemia, que él mismo padece, concienciar sobre la importancia de donar médula y homenajear al bloguero marbellí Pablo Ráez, que luchó por lo mismo hasta que la enfermedad le venció el pasado febrero. "Uno de los momentos que más recordaré de esta experiencia es cuando el padre de Pablo me regaló una medalla que había ganado él de pequeño. Me pareció un gesto muy bonito y la tengo como oro en paño", explicó el avilesino, ya de vuelta a Avilés.

"Durante los últimos diez kilómetros, el padre de Pablo corrió con nosotros y fue una pasada. El recibimiento que tuvimos tanto por su parte, como de la de la gente de Marbella fue muy bonito e inolvidable", explica emocionado. Más o menos hizo la mitad del recorrido corriendo, hasta Segovia, y luego continuó en bicicleta.

"El paso por Castilla y León fue muy duro. Hacía mucho frío y estuve tentado a parar, pero en cuanto cogí la bicicleta me noté mucho mejor, el cuerpo se me acostumbró al ejercicio", dijo. El avilesino llevaba una autocaravana de apoyo e iba parando en los lugares que tenía programados para descansar y dormir en ella. "Noté mucho cariño de la gente, sobre todo, en los finales de etapa en los que la gente se sumaba para correr conmigo. Nos ofrecieron sus casas, lo que necesitáramos. En Alcobendas llegamos como cien personas corriendo; en Puertollano otras tantas en bici; en Valladolid...", señala el corredor.

Por el momento, no tiene muy claro si repetirá. "Tantos kilómetros no creo que los vuelva a hacer, pero la experiencia sí la volvería a repetir. He conocido a un montón de gente y la verdad es que ha sido inolvidable", explica el illense. Otros dos momentos que no se le borran de la mente son cuando conoció a dos niños que han superado la leucemia: "Ellos no son conscientes de lo que han conseguido. Fue muy bonito conocerles porque son un ejemplo de vida".

"La verdad es que tenía ganas de dormir un poco y descansar", confiesa el corredor. Tiene dos hijos y cree que su niña de dos años fue la que más le ha echado de menos durante la semana que ha durado la aventura. "Ahora quiere estar todo el rato encima de mí, no se despega", comenta riendo. Sin embargo, su trabajo no ha acabado. Viajó con un cámara y un fotógrafo profesional, y ahora montarán un documental y un vídeo para seguir recaudando fondos. De hecho, la web "1000kmcontralaleucemia. com" sigue abierta para poder apoyar la lucha contra la leucemia. "Es un reto ambicioso, pero nos gustaría llegar a los 10.000 euros", señala el avilesino.

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