Los tráficos del puerto de Avilés relacionados con la actividad metal-mecánica de los talleres de la margen derecha de la ría, y muy en especial con la construcción de grandes piezas para ingenios eólicos, constituyen el negocio emergente de más interés para la Autoridad Portuaria local y como tal está dispuesta a mimarlos dando todas las facilidades posibles a las empresas exportadoras.

Así lo manifestó ayer el presidente del Puerto de Avilés, Santiago Rodríguez Vega, quien en clave de balance del año que expira destacó la importancia de los "tráficos eólicos" y anunció su intención de no escatimar en inversiones que mejoren las condiciones de los muelles de Valliniello para almacenar, acondicionar y embarcar las piezas de calderería que fabrican talleres como Idesa, Tadarsa o Asturfeito, entre otros.

Más en concreto, el presidente portuario anticipó que 2018 podría ser el año en que se materialice una vieja aspiración de mejora de los muelles locales: la rampa "ro-ro". Se trata de un sistema de embarque de mercancía que se caracteriza por el acceso a bordo de los barcos de vehículos rodando por sus propios medios y que agiliza (siempre que los buques sean compatibles) las operaciones de carga y descarga. Este tipo de tráficos "rodantes" creció en el primer semestre del año en 16 de los 28 puertos que integran el sistema portuario español.

Aunque sin citarlo ayer expresamente, Rodríguez Vega tiene la confianza de que 2018 sea también el año en el que definitivamente quede solucionado el tema del enlace ferroviario a los muelles de la margen derecha de la ría, un proyecto que acumula dos años de retraso por dificultades técnicas de momento insalvables.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés incluyó los tráficos eólicos en el capítulo de "lo positivo" de 2017, un año que el Puerto cerrará con una cifra de tráficos ligeramente superior a 5 millones de toneladas de mantenerse las previsiones de actividad durante diciembre. Esto supondrá un crecimiento del orden del 2o el 3 por ciento con respecto al año pasado, cuando faltaron 29.000 toneladas para los 5 millones que garantizan los resultados económicos del puerto y proporcionan un nivel de trabajo acorde a sus medios. "El balance es positivo, como siempre que logramos un nivel de actividad próximo a los 5 millones", remarcó.

Rodríguez Vega también incluyó entre los tráficos con buen comportamiento los de Asturiana de Zinc. No así el tráfico de clínker (materia prima de cuyo molido se obtiene cemento), definitivamente perdido en beneficio del puerto de Gijón. La descarga de pesca, como ya informó este diario, también ha aumentado en comparación con 2016.

Respecto al carbón, un producto cuyas importaciones podrían resentirse en caso de confirmarse los temores de cierre de las térmicas de Lada (Langreo) y Soto de la Barca (Tineo), el presidente del Puerto de Avilés descartó efectos negativos para los muelles "por la sencilla razón de que los tráficos de carbón térmico tienen poca importancia en este puerto, especializado en otro tipo de combustibles carboníferos que no tienen relación con las centrales energéticas".