Hace algunos días ya que echaban en falta a José Manuel González Fernández. "Tino". Y ayer, pasado el mediodía, el misterio sobre su ausencia se desveló: había muerto. Su casero y agentes de la Policía Local y de la Nacional descubrieron el cadáver de un hombre que era muy popular en el barrio del Arbolón y también en el Versalles. El médico certificó muerte natural, aseguraron medios oficiales. Sus restos mortales fueron trasladados al tanatorio de Avilés y esta tarde serán incinerados tras un responso.

González Fernández vivía de alquiler en la calle de Gutiérrez Herrero, tenía un hijo y tres hermanos. Había cumplido los 64 años y su presencia en los bares, tanto de su barrio como del Versalles, era muy habitual. Los amigos empezaron a echarle en falta. Comenzaron a llamarle, pero "no había manera de dar con él".

La presencia de los policías en el portal de su domicilio alarmó al vecindario, tanto al de Puerta de la Villa, como al de la acera de en frente, es decir, Versalles. Y es que todos le conocían, todos sabían de él y de su pasado más cercano.

El descubrimiento del cadáver de González Fernández abrió el arca de los rumores en los locales anexos a su portal. Los primeros indicios de la investigación se dirigían al hecho de que "Tino" hubiera podido sufrir un accidente doméstico. Según ha podido saber este periódico, los agentes encontraron sangre junto a sus restos mortales. Esta presencia se explicó, finalmente, como consecuencia de una caída fortuita. En el certificado de defunción se oficializó que el motivo de la muerte del vecino avilesino era natural, esto es, no era necesaria una autopsia.

Los policías estuvieron en el piso de González Fernández hasta bien entrada la tarde, cuando la furgoneta de la funeraria se llevó sus restos mortales al tanatorio donde se le velará hasta el momento en que está previsto su cremación. La muerte de "Tino" provocó ayer un importante revuelo en el portal de su vivienda del Arbolón, donde se citaron muchos vecinos.