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La Policía Local hará controles de ruido en la hostelería sin denuncia previa

Cuatro agentes reciben formación para comenzar los exámenes en 2018

El subinspector Daniel Carreño, con el equipo para realizar mediciones acústicas. MARA VILLAMUZA

La Policía Local de Avilés intensificará los controles de ruidos en los establecimientos de hostelería y ocio a partir de 2018. Los agentes venían realizando hasta ahora inspecciones "a demanda", cuando lo requerían desde los servicios municipales, generalmente, por una denuncia ciudadana previa. Los agentes municipales empezarán a realizar exámenes de medición acústica de forma periódica a partir de 2018. Cuatro de ellos ya han recibido en los últimos días esa formación específica. "Muchas de las llamadas que recibimos en la jefatura los fines de semana se producen en horario nocturno y son quejas relacionadas con ruidos", explica Daniel Carreño, subinspector de la Unidad Administrativa de Servicios Especiales de la Policía Local.

Los agentes venían realizando cada año una media de treinta mediciones de este tipo, un trabajo hasta ahora esporádico que en menos de un mes se convertirá en una competencia más de inspección y control de la Policía Local de Avilés por decisión del gobierno local (PSOE). "Cuando se tramite una licencia de apertura de un establecimiento o un cambio de titularidad se verificará que la realidad se ajuste al proyecto presentado en el Ayuntamiento, si los niveles de aislamiento acústico, fuentes sonoras, etcétera, se ajustan a la normativa. Sobre todo, afectará a los negocios de hostelería y de ocio. Pero también se puede extender a otro tipo de actividades, como las industriales", explica el subinspector.

La Policía Local de Avilés dispone de un equipo completo para realizar estas mediciones: una máquina de color rosa o fuente omnidireccional (emite ruido para calibrar los equipos y permite medir el nivel de aislamiento acústico de un establecimiento), una máquina de impactos (mide las vibraciones), un sonómetro (el medidor en sí, homologado por el Instituto de Metrología) y un amplificador. Los controles se pueden realizar dentro o fuera del establecimiento. "El límite máximo en un bar es de 85 decibelios, pero hay que analizar también el ruido que trasciende al exterior, por ejemplo a la vía pública o a la casa de un vecino. Los límites varían en función del horario. El máximo en horario nocturno en zona residencial es de 28 decibelios", añade Carreño. Superar estos límites conlleva la correspondiente multa. Un ejemplo: un bar con música tiene que tener dos puertas y permanecer cerradas. No tener doble puerta o mantenerlas abiertas conlleva sanciones de entre 600 y 6.000 euros.

"El exceso de ruido en más de quince decibelios está sancionado en la Ordenanza de Ruidos y Vibraciones con clausura de la actividad entre tres meses y un año, o incluso con la clausura definitiva, en función de la gravedad", dice Carreño.

La Policía Local también tiene entre sus competencias supervisar que las actividades relacionadas con los espectáculos públicos se desarrollan con seguridad y conforme a derecho. En lo que va de año se han realizado 138 inspecciones y de cara a la campaña navideña se están realizando 170. "Contamos con una base de datos y un programa genera un listado de forma aleatoria. Hace dos años solo pasaban la primera inspección el 30% de los establecimientos sometidos a examen. Ahora el porcentaje está en el 80%", asevera Carreño. Los agentes comprueban licencias de apertura, seguros de responsabilidad civil, cartelería informativa y medidas de seguridad.

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