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Un nuevo barco, contra viento y marea

"Me dicen que estoy loco", indica el armador que acaba de adquirir un pesquero, motivado por las mejores condiciones para capturar merluza

El barco "Apollo Sun", que será rebautizado como "Brisas Pixuetinas".

El abaratamiento de los alquileres de cuota para la pesca de merluza en aguas comunitarias y la oportunidad de adquirir un barco fácilmente adaptable a los requisitos del palangre fueron las razones que convencieron al armador pixueto Juan Menéndez Albuerne para cometer la "locura" de su vida: doblar la apuesta por el sector en vez de plegar velas a la vista de los escollos de todo tipo que han de sortear los armadores para mantener a flote sus negocios. "Me lo dice todo el mundo: ¡estás loco! Y puede que sea verdad. Pero ¿qué voy a hacer yo fuera de la pesca si empecé en esto con 16 años?", explica el dueño del "Apollo Sun", que ahora será rebautizado como "Brisas Pixuetinas".

Con la incorporación del nuevo barco a la flota palangrera comunitaria, Asturias gana una unidad pesquera en esas aguas, donde abunda la merluza, además de otras muchas especies. "Parece un buen momento para invertir en esa zona: hubo bajas de barcos, lo cual permite acceder al censo (tener licencia para pescar), y aunque no se reparten cupos nuevos desde hace muchos años, creo que me arreglaré desviando cuota del otro barco que tengo (el "Xuan Moncho") y alquilando la que me falte", comenta el armador.

El buque adquirido por este pixueto hijo y nieto de pescadores fue construido durante el año 2000 en Francia y, en estos años, tuvo una vida azarosa: trabajó de "pinchero" (pesquería con anzuelo), luego su propietario lo adaptó para el arte de arrastre y en los últimos tiempos lo usaron, bajo bandera panañeña, como embarcación de apoyo a una plataforma petrolífera. Las deudas de la sociedad armadora acabaron con el barco embargado y confinado en un puerto canario, que es a donde acudió Juan Menéndez para comprarlo. Ya en su poder, lo trajo a Avilés para acondicionarlo de cara a una nueva etapa pesquera. La obra de reforma corre a cargo del astillero Ría de Avilés.

La principal preocupación del armador no es tanto si será capaz de rentabilizar en los años venideros la inversión con la pesca de merluza como los quebraderos de cabeza que le causa la burocracia. "Me tienen loco con los papeles, llevo meses dando tumbos de oficina en oficina para legalizarlo todo y no acabo. A este paso no voy a poder hacer realidad el plan de empezar a pescar en diciembre", lamenta.

El nuevo "Brisas Pixuetinas" -un homenaje al primero de los barcos que patroneó Juan Menéndez y que acabó hundido por culpa de un incendio a bordo- tiene casco de acero naval de 10 milímetros de grosor (una rareza en España, donde se usan chapas más finas para los barcos de pesca), 25 metros de eslora, ocho de manga y 3,90 de calado. Otra peculiaridad poco habitual entre los pesqueros españoles de su tipo es que dispone de hélice a proa para facilitar las maniobras de atraque. La previsión es que, cuando se haga a la mar, lleve una tripulación de catorce persona y consiga capturar cada año unos 400.000 kilos de pescado.

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