Regla de oro del emprendedor: ver una oportunidad donde otros ven un problema. Más o menos lo que ha hecho Javier Fernández-Font, el avilesino que dirige Alusin Solar, una empresa especializada en el diseño, fabricación y montaje de estructuras portantes para paneles solares. El problema percibido fue la imposibilidad de ejecutar determinados proyectos de parques solares en emplazamientos que, por su orografía o lejanía de las grandes vías de comunicación, no resultaban logísticamente rentables. En concreto, para anclar al terreno los soportes de las placas solares hay dos métodos básicos: el uso de zapatas de hormigón o de una máquina hincadora. Cuando el acceso al hormigón tiene un coste desmesurado o el transporte de la máquina de hinca es imposible, las empresas tiraban la toalla. Con la solución ideada por el equipo de Alusin Solar ese escollo se ha sorteado.
"La idea consiste en clavar en el suelo unas varillas de acero inoxidable especialmente diseñadas para hacer las veces de soporte; sobre ellas se coloca una pieza de anclaje de transición, también de diseño propio, y finalmente se monta el soporte del panel. La ventaja de este sistema es que esas varillas se meten en el terreno con ayuda de un simple martillo neumático, una herramienta portátil, fácil de transportar y que se puede adquirir sin dificultad en casi cualquier ferretería del mundo", explica el empresario. Esta innovación fue ensayada primero de forma teórica en un ordenador, luego se hicieron pruebas de campo en terrenos que apenas ofrecían resistencia. Las varillas cumplieron con las expectativas: "La prueba de fuego la tuvimos hace pocos días, con la utilización de esta técnica en el montaje de un parque solar en Huesca. Resultó que el terreno era bien potente, rocoso... Y el resultado es mejor de lo esperado porque, si bien es cierto que cuesta más trabajo clavar las varillas, cuando 'agarran' al terreno ofrecen una resistencia óptima".
A juicio de Fernández-Font, el revolucionario sistema de anclaje de paneles solares que ha desarrollado su empresa es idóneo para parques de pequeño tamaño o que se ubiquen en emplazamientos remotos, un nicho de negocio que prolifera desde que Alusin Solar desembarcó en el mercado centroamericano. "Tenemos abierta una negociación para el desarrollo de un proyecto en Bolivia que tiene la pega de que el punto de suministro más cercano de hormigón está a 1.322 kilómetros. Hicimos números y el metro cúbico de hormigón, puesto a pie de obra, salía por 200 dólares, cuando el precio ordinario aquí en Europa es de 80 euros. Es decir, ese parque solar no tiene viabilidad con métodos convencionales de anclaje, pero quizás sí que sea realidad gracias al sistema de varillas", explica Fernández-Font.
Fieles a su costumbre de bautizar los productos de su catálogo con nombres evocadores de la naturaleza asturiana, a este sistema de anclaje los expertos en marketing de Alusin Solar lo han llamado "texu", como el árbol totémico de Asturias. "El texu es un árbol milenario asturiano, y como nuestro sistema consiste en clavar varillas en el terreno -a semejanza de lo que hacen las raíces de un árbol- hemos cogido prestado el nombre a este emblema natural de la región para que nuestros clientes entiendan mejor el concepto de apego y arraigo a la tierra", explica el empresario.
