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El Carbayedo da la hora de lujo

Un avilesino diseña un reloj de élite con maquinaria fabricada en Suiza

La caja del reloj Grand Belize y su maquinaria. R. SOLÍS

La hora de lujo se marca en Avilés. El relojero Juan Ramón Ruiz es el responsable del diseño final del Grand Belize, "un producto hecho en la ciudad, pero con maquinaria suiza", que es el lugar perfecto para ajustar el tiempo en el interior de una esfera. Hace tres años que trabaja en una joya con ambiciones de excelencia que se pondrá a la venta el próximo enero. Un reloj único, de tecnología foránea, pero con talento asturiano -y de varios países- en sus entrañas.

La propuesta del reloj de muñeca salió al aire en el foro digital "Hablemos de relojes", un punto de encuentro para todos los aficionados a la relojería del mundo: desde América a Portugal y de allí, a las cuatro esquinas de España. En ese foro hay 140 internautas de una veintena de países, todas coordinadas por el relojero del Carbayedo.

"Me tocó a mí dar sentido al lío de propuestas, preparar el diseño último, encargarme de la intendencia", cuenta Ruiz, mientras enseña el prototipo que, en unos días, será una realidad tras. "Se llama Grand Belize porque es un reloj de submarinismo", aclara.

La propuesta de los miembros del foro de hacer un reloj de lujo fue sometida a escrutinio entre los propios participantes. "Se votó todo: si queríamos una cadena de metal o de cuero, qué tipo de agujas íbamos a emplear... El resultado de todo aquello había que llevarlo a la realidad y el encargado de redondearlo fui yo", señala Ruiz, que atiende a LA NUEVA ESPAÑA en el despacho de su negocio.

Una cosa es ser aficionado y poder imaginar un aparato y otra bien distinta es que ese sueño se haga realidad. A ello ha dedicado Ruiz los últimos tres años de su vida. "Los foros de internet de este tipo tienen como fundamento principal discutir. Pasar de la discusión a la realidad suele ser difícil", apunta. "Nos dimos cuenta de que estábamos listos cuando llevamos a cabo una reedición de una pieza histórica. Hace un tiempo sacamos a la luz una réplica de un reloj que utilizaron los capitanes de barco de la Armada rusa", cuenta. "Ahí no tuvimos que aportar nada nuevo: sólo sacar adelante ese reloj. Este de ahora ha sido distinto: desde la nada hemos trabajado con el fin de presentar el reloj cuyo prototipo ya tenemos en la mano", añade.

El relojero avilesino ha sido el responsable de encontrar la veintena de proveedores que han servido cada una de las piezas de un rompecabezas que tras este tiempo en el taller ya ha tomado forma. La caja, por ejemplo, está fabricada en acero 316; el cristal, de zafiro con tratamiento antirreflejo. El visel, que es la circunferencia que corona la caja, de cerámica. La caja de atrás tiene un sello al fuego. "Lo mejor de lo mejor", concluye Ruiz, que prevé presentar el producto en Avilés próximamente. Y es normal.

¿Y cómo se financia un producto tan singular? Ruiz y los participantes en el foro digital adelantaron el dinero a cuenta de un producto del que sólo había expectativas. "El reloj es caro, los que participaron en la campaña pagaron un poco menos. Ellos serán los primeros en recibir sus unidades", promete Ruiz, que ahora está rodeado de planos, de dibujos, de piezas sueltas... "Hasta la caja tiene que ser de lujo", relata.

Del Grand Belize sólo habrá 200 unidades. El setenta por ciento de ellas ya están vendidas antes incluso de su comercialización. "Se las llevarán los participantes en el foro", aclara. Las pocas que quedan para el mercado general tendrán un precio mayor. "Hubo personas que pagaron su parte hace tres años y han esperado a que pudiéramos terminarlo", dice.

El talento se pone a punto en Avilés. "Pero cuenta con todos los certificados de la primera industria relojera del mundo", cuenta el especialista, con satisfacción bien fundada.

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