La Navidad ha llegado al barrio de La Piñera (Santiago de Ambiedes) antes de tiempo. Sus vecinos se esmeran estos días en decorar sus fachadas para ambientar la recta que comunica el pueblo. "Estamos haciendo la competencia a la subestación de Tabiella con la iluminación", indica con sorna Julio Tablizo, que destaca además que la localidad es el núcleo con más altitud de Gozón. "Entras al pueblo y ves un resplandor de luces", añade.
A su lado, su pareja, Socorro Gutiérrez, Soco, describe la implicación de los residentes con la decoración. "Hace unos años hicieron un concurso de decoración de fachadas y, desde entonces, participamos la mayoría", señala, mientras muestra la ornamentación de su finca: flores, figuras navideñas y luces, muchas luces. "Hay vecinos de otras zonas que vienen a ver la decoración", afirma Gutiérrez. La vecina de la casa contigua, María Jesús Santos, lo corrobora.
En frente de la casa de Tablizo y Gutiérrez, viven José Ramón García, Eva Granda y Ana Alonso, que tienen otro "museo". Han preparado una "carretera de montaña" en su quintana con personajes navideños. "Eva diseña y yo ejecuto, nos lleva tiempo prepararlo todo y cada año cambiamos la iluminación, ahora toca en tonos azules y blancos", señala José Ramón García. "Hay una piquilla sana", afirma Socorro Gutiérrez. "Si un vecino pone adornos, otros se animan", añade García.
Los residentes en La Piñera recomiendan visitar su pueblo al oscurecer, para disfrutar de las luces navideñas. Eso sí, por el día, la calle que cruza el barrio también merece la pena, dado el colorido de las viviendas durante estas fechas tan señaladas. Fernando Peláez, dirigente de la asociación vecinal "La Sierra", también decora el exterior de su casa. Y todos juntos, los socios de la entidad vecinal, han diseñado un árbol de Navidad con luces y ovillos de lana junto a su local.
Ana Figueiras ha podado otro árbol junto a su vivienda. Sus ramas, ahora, están plagadas de bolas de colores. "Decoramos la parte de fuera de las casas, pero también el interior", afirma Figueiras, mientras recoge la ropa tendida en la parte trasera de su finca. "La colocación de todos los adornos nos lleva dos días, eso sí, en la preparación empleamos un mes más o menos", añade la vecina. Socorro Gutiérrez opina lo mismo: "Una cosa son los preparativos y otra la colocación y si lo hacemos es por dar vida al pueblo".
María Jesús Santos entiende también que la decoración "anima el pueblo". "Es muy americano, estamos americanizándonos todos poco a poco. Pero, la verdad, es que da gusto ver el pueblo por la noche, todo iluminado", apunta esta vecina de La Piñera, que ha picado a amigas que tiene en Tabiella (Valliniello) para que también adornen sus casas , "que están muy aburridas". "Juventud no hay mucha, pues entonces tendremos nosotros que animar La Piñera", añade Santos, que tiene energía para regalar. Un simple vistazo al exterior de su finca, decorada de principio a fin, da muestra del trabajo realizado.
Espumillón, flores de plástico, muñecos de nieve y algún que otra figura de Papá Noel subido a una escalera se entremezclan con bombillas y más bombillas y tiras de kilómetros de luces que tienen como único objetivo animar un barrio de Santiago de Ambiedes que vive, como pocos, las fiestas que despiden el año y dan la bienvenida al siguiente.
