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El retraso del plan del casco histórico frustra el pretendido hotel en Carlos Lobo

"Llevamos doce años esperando a que ese documento quede aprobado y ahora un proyecto hotelero es inviable", afirman los dueños del edificio

El nuevo retraso en la aprobación del plan de mejora del casco histórico de Avilés supone un varapalo para algunos propietarios e interesados en llevar a cabo proyectos urbanísticos en las áreas afectadas. Es el caso de los responsables del palacio de Carlos Lobo, que tras más de diez años esperando a que se dé el visto bueno a ese documento han decidido abandonar la idea de abrir un hotel en el histórico inmueble. "Vamos a redefinir la estrategia sobre qué hacer en el edificio", anunció ayer un responsable del grupo Proiecto.

El Ayuntamiento recibió el pasado martes el acuerdo vinculante de la Permanente de la Comisión de Urbanismo del Principado de Asturias (CUOTA), que le obliga a elaborar una memoria de la viabilidad de cada una de las actuaciones incluidas en el plan de mejora. Debido a su "complejidad" y a la novedad de esa tramitación, el área de Urbanismo no sabe cuánto tiempo tardará en elaborar esa memoria. Una vez terminada, el plan especial deberá salir de nuevo a exposición pública junto con una relación de todas las personas propietarias o titulares de otros derechos sobre las fincas cuya edificabilidad se ha incrementado.

"Llevamos doce años esperando a que el plan esté listo y ahora tenemos que analizar qué hacer en el palacio de Carlos Lobo porque el proyecto hotelero es inviable a corto y medio plazo", afirmó el responsable de Proiecto.

El del hotel no es el único plan previsto en el ámbito del casco histórico que se tambalea. Los promotores de otras iniciativas urbanísticas lamentaron ayer el retraso que supondrá elaborar la memoria de viabilidad de las diferentes actuaciones. "Las demoras hacen daño a las empresas ya que, además, generan gastos, incertidumbres... Y no podemos hacer nada porque hasta que se produzca la aprobación definitiva pasarán varios meses", afirma otro de los afectados.

El nuevo plan de mejora del casco histórico, que presentó el gobierno local en marzo de 2016, incluye la recuperación de la muralla y una zona de tránsito en el entorno de la iglesia de San Antonio de Padua. Además, permitirá la construcción de unas 80 viviendas en las zonas afectadas, sobre todo en el entorno de las calles Las Alas y Marcos del Torniello, en la plaza de José Martí y con la rehabilitación de sendos edificios en Emile Robin y la avenida de Los Telares, donde habrá nuevas edificaciones residenciales.

El documento urbanístico incorpora un incremento en la edificabilidad residencial de más de 3.500 metros cuadrados mientras que para no residencial (equipamientos privados) es de más de 1.000 metros cuadrados y para dotaciones (equipamientos públicos), otros 1.000 metros cuadrados. A lo que ha renunciado el Ayuntamiento, como también había hecho en el plan anterior -tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) hace tres años-, es al diez por ciento que le correspondería para aprovechamientos públicos.

El plan cuenta con la aprobación provisional y los nuevos problemas llegaron al remitir el documento a la Comisión de Urbanismo del Principado de Asturias, que empezó a requerir nuevas consideraciones al Ayuntamiento. El concejal de Urbanismo, Luis Ramón Fernández Huerga, explicó el pasado miércoles que algunos de esos requisitos son aclaraciones "puramente técnicas" que se incorporarán en la Memoria del plan.

Otras, en cambio, tienen más incidencia en los plazos de aprobación definitiva del documento, como es la elaboración de la citada memoria de viabilidad. El Ayuntamiento, en cambio, ya tiene listos las otras dos exigencias: el listado de propietarios y la tramitación en expedientes separados de las unidades de mejora, por un lado, y de las modificaciones del catálogo, por otro.

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